lunes, 18 de agosto de 2025

Palabras bajo libertad (XXI)


"Pintura especulativa, 

pintura espejeante: 

no el mundo al revés, 

el revés del mundo".

Octavio Paz


Edición y nota: Manuel Cabesa


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 Para entrar al infierno


No es común, en nuestra narrativa, el acercamiento al subgénero del terror o el misterio, siendo más prolífica la literatura fantástica que aunque a veces se rozan también poseen muchas diferencias.

Hará una década aproximadamente el investigador Carlos Sandoval con la antología "Días de espanto", pero ella estaba concentrada en autores del siglo XIX y principios del novecientos, así que resulta una grata sorpresa encontrar un texto de una autora aragüeña de las recientes promociones, Ysbel Mejías, que asume con destreza las claves básicas del género.

Ecos de Lovecraf se pueden percibir en este Infierno, lo cual no desmerece para nada el resultado. 


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-Ysbel Mejías-


Infierno

 

Estamos tomando café en la pastelería del City Garden, es agosto y llueve como aquel día, en el que visitamos hace unos años atrás esa sala maldita de la galería Jardín Nostálgico en la calle Miranda, dónde nos encontrábamos; nuevamente jugamos scrabble con el guía que nos acompañó. Él sigue usando el mismo traje con la horrible etiqueta; yo, no he podido borrar de mi mente aquellos pasillos deplorables sumergidos en el más perverso olor a mierda. Y hoy, como aquella, tarde Luisa ha vuelto a ganar la partida, con la palabra _Infierno_… agosto es el mes más cruel en esta ciudad: llueve permanentemente. 

Era un día perfecto para jugar scrabble mientras esperabamos que el cielo se despejara y las aguas bajaran frente a la puerta de la galería donde nos encontrabamos varadas Luisa y yo, luego de la visita que hiciéramos el domingo por la tarde, así que me dispuse a sacar de mi morral el juego para instalarnos a jugar en el suelo durante nuestra espera. 

Sentado en una silla cómodamente se encontraba el guía de turno de la galería, leía un folleto turístico con cara de aburrimiento, por no poder cerrar e irse a casa. Cuando se percató del juego, también se entusiasmó a jugar con nosotras. Nos dijo que si alguna de las dos ganaba la partida nos llevaría a recorrer una exposición de pinturas y fotografías en una sala secreta de la galería.

Esa sala secreta estaba ubicada en el sótano y había que hacer el recorrido con linternas o candelabros; según nos dijo el guía era la mejor forma de apreciar la exposición de ese artista lúgubre, dedicado a desarrollar grandes piezas que fascinaban a los amantes del misterio. La partida la ganó Luisa con la palabra _Infierno_; entonces el guía se dispuso a llevarnos hasta la sala prometida y con cara de susto nos preguntó: "¿Están preparadas para una caminata de terror?". Luisa me miró fijamente y mi rostro se iluminó, "Sí" respondí con la emoción de una niña de cinco años y el corazón acelerado. Luisa me miró de soslayo algo nerviosa, pues, ella siempre evitaba los lugares oscuros. 

Tomamos las linternas y empezamos a caminar hacia la dichosa sala, durante el trayecto el guía nos dijo: "La sala a la que vamos es un lugar donde el arte es infernal y se muestran los parentescos de seres impuros con nuestros antepasados, los que construyeron la ciudad". 

La lluvia nos acompañaba en la caminata con el sonido de grandes gotas cayendo sobre el techo de madera. Luisa llevaba la angustia en sus ojos, sus manos sudaban. Yo sentía la respiración y el corazón acelerados; quería llegar cuanto antes para entrar y saber si realmente esta exposición oculta me traería miedo o angustia frente a esas obras supuestamente terroríficas de las que nos hablaba el guía durante el camino.

La puerta se abrió y emitió un gemido ensordecedor, que silenció hasta la lluvia y, apenas entramos, se cerró de golpe. 

Me paralicé al observar las primeras imágenes de los cuadros que iniciaban la exposición, con la linterna fija sobre éstos vi aquellos rostros del averno rasgando la supremacía de los demonios divinos, gozosos entre vinos y sexos infieles. Mi corazón pulsaba cada vez más rápido y Luisa gritó despavorida, al escuchar el chillido temeroso de ratas entre las paredes, el pobre guía palideció bruscamente: eran monstruos halagando nuestra estancia en ese pequeño salón con sensaciones de asco en el rostro de los tres. 

Un cuadro mostraba fragmentos horrorosos de esta ciu dad, era una especie de fruta podrida, era tan asquerosa la imagen que se podía sentir el olor a la peor podredumbre de gusanos nadando en heces fecales: estas imágenes eran la vista inicial a la antesala del infierno.

La lluvia no paraba y la noche se acercaba, la sala se hacía más oscura mientras continuábamos el recorrido con las linternas encendidas que por momentos titilaban, eso nos generaba una sensación de angustia y hasta dolor de estómago. Respiré y pregunté al guía por el nombre del artista capaz de mostrar tanto horror en cada pieza expuesta; su respuesta con voz temblorosa aseguraba que el nombre era tan escalofriante que había preferido olvidarlo ya que los museógrafos de la galería decidieron ocultar su identificación detrás de unas rocas en la parte de atrás del edificio. 

Apunté con la linterna titilante hacia otro cuadro; ese era aún peor que el anterior, la escena eran unas manos sanguinolentas saliendo de entre las grietas del piso del famoso centro comercial City Garden.

De esas manos brotaban brujas, espantos y engendros con ojos desorbitados observando con sus lenguas afanosas por alimento las figuras lánguidas de niñas corriendo a gritos por el parque; era el pavor tocando las puertas de nuestra vida cotidiana. 

Mis manos sudaban más y casi no podía sostener la linterna, Luisa se abrazaba al cuello del guía tan fuerte, que por poco lo deja sin aliento. Mientras el repiqueteo de las patas de cucarachas en el suelo llenaba de asco nuestros oídos.

Esta era una galería llena de pinturas y fotografías con escenas de seres abominables saliendo de entre rieles del metro, subiendo escaleras mecánicas, rompiendo vidrieras de tiendas, esperando en las paradas de buses engullir a los fatídicos choferes de las rutas que prestan el peor servicio de transporte a transeúntes aterrados arrastrando sus tripas por las calles de la ciudad derramada en la exposición sangrienta de aquel museo sombrío lleno de grietas infernales.

El miedo se apoderó de mis piernas cuando vi la fotografía de una retreta de antaño rodeada por un cementerio de toros bañando la arena de sangre, luego de la estocada final en el corazón, mientras sus lamentos de muerte, acompañaban el sonido de los instrumentos durante un concierto expeliendo el desagradable olor a azufre. 

Se abrieron pasadizos entre las paredes que nos llevaron hacia otros sótanos donde nos recibían monstruos deslizándose en patinetas sobre rampas de filosas dagas que cortaban cabezas, al tiempo que se escuchaba la voz poderosa del Príncipe de las Tinieblas cantando _Paranoide_.

Luisa lloraba en silencio, se había tragado el grito frente a las muecas de las carabelas que viajaban en carros fúnebres jugando con gusanos colgantes de sus huesos y sirviendo como cuerdas para apretar violentamente el cuello, hasta quebrarlos, de señoras encopetadas jugando solitario en los grandes salones de casinos escondidos en la tiniebla de dióxido de carbono. 

El terror nos recorría por todo el cuerpo: era nauseabunda cada escena retratada en las pinturas y fotografías. La última de éstas nos dejó petrificados, sentí que un hilo frío recorría mi espalda; la escena consistía en unas figuras fantasmales que, organizadas a manera de un coro polifónico, cantaban con voces provenientes de la ultratumba frente a la catedral de la ciudad. En nuestros oídos resonaban las frases: “Tu alma perdida no extraña el cuerpo”, “Corres desesperada detrás de una mente huidiza absorta en el miedo”. 

Las frases se repetían hasta el cansancio sentí que brotaba sangre de mis oídos mientras unos colmillos filosos se clavaban en la cadena de huesecillos, cada gota se fundía en mi cerebro a la vez que escuchaba lejanamente risas y me llegaba el olor a café y, despertando poco a poco de aquella pesadilla con tufo a mierda, mis ojos avistaron la imagen del ventanal de la pastelería del City Garden con la lluvia rozando el vidrio y Luisa riéndose a carcajadas de los sustos pasados y el guía de la galería preguntando entusiasta: "¿Jugamos otra partida?".

jueves, 14 de agosto de 2025

Fluctuaciones del fuego / video poema de Skarlet Boguier


Sinopsis 

Un personaje femenino enciende la llama de la creación con evocaciones ancestrales.El fuego danza, revela sus formas como metáfora del erotismo y la pulsión creadora en homenaje al sol, dador de vida.


Producción: Skarlet Boguier 

Dirección/Edición: Antonio Vargas

Fotografía: Skarlet Boguier y Antonio Vargas 

Asistentes de Producción: Juan Moreno y Emilio Spósito


Flaua: Pieza de Arte Sonoro Experimental 


- Ejecución de Flauta doble maya, silbato binaural arawak, sonaja piaroa y cuenco tibetano: Skarlet Boguier 

- Ejecución de Flauta nasal piaroa: Ender Rodríguez 

- Secuencia de batería y mezcla: Nelson Nazgul

miércoles, 13 de agosto de 2025

Nuevas voces vibraron en la quinta edición de Poesía en la Casa

-Skarlet Boguier-


Reimar Arcia: Participante de Taller libre, facilitado por el escritor, Manuel Cabesa. 

Su escritura poética coquetea con la narrativa, en una prosa poética caracterizada por la sutileza y una temática en la que predomina la experiencia amorosa, cargada de imágenes capturadas con el corazón desde el lente de la vida, pues Reimar es fotógrafa, fusionando así dos artes que van de la mano. El poeta como el fotógrafo son capturadores de imágenes.

Aquí la tenemos en lo que fue el recital de Poesía en la Casa, realizado el pasado 31 de julio en el restaurante Piú Di Prima del Hotel Bermúdez de Maracay, Venezuela.

Noely Duarte: Participante de la Escuela Nacional de Poesía Juan Calzadilla, cuyo facilitador fue Rafael Ortega.

Una voz expresiva, histriónica y aleccionadora por la profundidad de su discurso que contrasta con su frescura y corta edad. 

Quienes la escuchamos, nos quedamos con ganas de más. Felicidades, Noely! para ti, y todas las chicas participantes.

Aquí está en pleno recital de Poesía en la Casa en el restaurante Piú Di Prima del Hotel Bermúdez de Maracay, Venezuela.


Jireh Molina: Participante de la Escuela Nacional de Poesía Juan Calzadilla, cuyo facilitador fue Rafael Ortega.
Una voz intelectual y de gran fuerza que en 2024 se atrevió a hacer una crítica por los recitales de poesía de corte completamente político y paradójicamente con una nula convocatoria del pueblo en el Teatro de la Ópera de Maracay.

Sofía Vargas: Participante del Taller Experimental de Poesía SubVERSIVOS facilitado por Skarlet Boguier.

A Sofía se le da muy bien la rima poética, quizás motivado a que desde muy pequeña se inició con el canto. Su discurso poético tiende a la reflexión pero también a la experiencia personal, procurando un mensaje de conciencia. 

Pese a los comentarios negativos, chismes y malas intenciones, llena de valentía y pasión aquí está en pleno recital de Poesía en la Casa, el pasado 31 de julio en el restaurante Piú Di Prima del Hotel Bermúdez de Maracay, Venezuela.




miércoles, 6 de agosto de 2025

Andrés Eloy Blanco y su maravillosa poesía popular

 


-Claudio González Luna-

Contar historias, de eso se trata en gran parte el arte del periodismo. Las fotos ilustran fríos datos estadísticos y a veces los aclaran, mientras preguntas y sorprendentes respuestas iluminan y develan verdades.

Pero nada conmueve más, que particulares historias de seres humanos, desde tiempos de “Las Mil y Una Noches” hasta nuestros días, al vernos reflejados a pleno en su esencia espiritual y armónica.

Hoy nos adentraremos en la historia de Andrés Eloy Blanco, insigne escritor cumanés nacido el 6 de agosto de 1897, y cuya obra “Píntame Angelitos Negros” ha sido capaz de trascender tiempos y espacios.

Lo que hace incomparable el arte que tiene origen y destino popular, es precisamente el mantenimiento a ultranza de esa identidad, alentada naturalmente por el soplo mágico que cada protagonista pueda insuflar a su hacer, y este es el caso de Andrés Eloy, quien responde con su mágica pluma al Pueblo de donde viene, y con quien canta fidelísimo desde sus inicios:

“Pintor de Santos de alcoba, pintor sin tierra en el pecho, que cuando pintas tus Santos, no te acuerdas de tu Pueblo, que cuando pintas tus Vírgenes, pintas Angelitos bellos, pero nunca te acordaste de pintar un Ángel Negro “.

Andrés Eloy intenta imponer su personalidad avasallante, porque dispone de asombrosos medios de expresión literaria, siendo su secreto, el saber hablar el auténtico lenguaje de la sensibilidad popular, manejando como ninguno una gramática interpretativa simple y de profundas proyecciones, leyendo, viviendo y recitando lo que en el fondo de las almas pugna por revelar su misterio en la musical poesía ciudadana, poniendo al alcance de todos, una obra mediante la cual, nadie deja de entenderse.

Sus versos se tornan en hermosas coplas, pletóricas de puro sentimiento, por cierto, a veces nada plácidos, al estar elaboradas con dolores del ser humano, de la magnitud dramática del amor o la alegría imaginativa de un Pueblo que quiere y desea afirmarse en la poesía popular, porque la concibe como forma esencial para definir tonalidades creativas de vida.

Como hombre religioso, Blanco no es una idea abstracta, sino un hombre situado, configurado vitalmente por dos coordenadas: tiempo y espacio, modelado por ríos y montañas, amasado por el Llano y la Ciudad, un ser concreto, con su ritmo y cultura, geografía y raíz de tierra, el contorno telúrico se hace compás, danza y melodía le prestan su imagen y poesía.

Andrés Eloy hace de la cotidianidad popular, no sólo su alimento, sino su forma de decir, abrirse y comunicarse , exteriorizar sus penas, alegrías, desdichas, amores, esperanzas e inquietudes.

El escritor es un tipo sencillo, completo, de verbos potentes, calibrados cuidadosamente para dar el punto exacto de un sentido poemario popular.

Su pluma se torna en hermosa y mágica protagonista de sus recitales literarios, mientras cumple con sus dos objetivos primordiales: el conocimiento de las necesidades del Pueblo, y la sapiencia del artista, lo melodramático puesto en la anécdota, en la idea de la letra.

Su temática, como expresión poética es testimonial.

Se adentra en valores humanos de intimidad del alma latinoamericana, proyectando valores de comunidades populares del continente, y por ello, nos entendemos por medio del arte de Andrés Eloy.

En todo momento, el cumanés mantiene su mente abierta, aprendiendo a aceptar críticas y cambios, siempre firme a sus propios fundamentos, tomando con humildad cualquier elemento de vida que le permita crecer como ser humano, a través del cultivo de la bondad.

Al cumplirse 128 años de su natalicio, podemos afirmar, sin ningún tipo de miedo al equívoco, que sus letras continúan encendidas en el corazón de las comunidades populares, identificadas a plenitud con las legendarias estrofas de su maravillosa obra literaria.

miércoles, 30 de julio de 2025

A manera de aclaratoria

 



-Manuel Cabesa-


No recordaba que ser joven no es sinónimo de aceptación, de vida que comienza sino de desolación en un mundo dominado por adultos, que si alguna vez fueron jóvenes decidieron olvidarlo y asumir el rol de jueces y censores que antes padecieron, criticaban y por los que iniciaron sus batallas para ser lo que ahora son. Parece que así funciona el ciclo de la vida.



A mi vera han llegado como residuos que la mar trae a la orilla, resabios sobre la actividad Poesía en la Casa insinuando su trasfondo político, la superficial actitud de las poetas al autopromocionarse, la inexactitud de alguna información emitida y otros etcéteras, como los que me ponían mis tías y mis maestros cuando me salía del carril.



O sea, los años pasan pero nuestra manera de asumir el mundo no. Con razón Stephen King dice que ser joven no es sino parte de las desgracias que nos toca vivir en este valle de lágrimas. 



En este punto me tomo la libertad de aclarar por mi cuenta y riesgo que: 


a. Esta actividad no pertenece a ninguna institución o dependencia del Gobierno de Aragua aunque los promotores trabajen o hayan trabajado para tan noble ente; 


b. Que nada tiene que ver con la Escuela Nacional de Poesía Juan Calzadilla aunque se la mencione ya que algunas de estas muchachas gozaron del beneficio de participar en ella y si la nombran es en señal de agradecimiento; 



c. Que los espacios donde ha de realizarse son de una empresa privada que tiene como parte de su visión y misión promover el turismo y la cultura del estado; 


d. Que para nada tiene la actividad ningún cariz político o ideológico ya que ni los organizadores ni quienes brindan su apoyo son representantes de ningún partido y su único interés es divulgar la literatura y el arte de la región sin reparar en esas mezquindades; 



e. Y en cuanto a lo de la autopromoción: ¿qué otra cosa podría esperarse en una época donde las redes son la principal plataforma para exhibirse en situaciones bastante inocuas como comerse un helado o comprar una pastilla de jabón?. 


Las mismas poetas decidieron poner en práctica aquello que conocen y manejan como buenas ciudadanas de esta era digital en beneficio de su actividad con la gracia y la malicia que corresponde a su edad y como hacen todos los grupos culturales, políticos y sociales sin importar sus objetivos.


Triste malgastar palabras para recalcar lo obvio pero, al parecer, esa es la dinámica permanente de estas situaciones. 



En todo caso lo importante es que los espacios están abiertos y que lo mejor del espíritu humano se renueva en cada generación que asume el riesgo de nombrarse a sí misma a través del arte y la poesía; que el divino fuego de la palabra traspasa su antorcha sin importar la edad, género, raza, credo, ideología, tamaño, condición física, económica ni mental que siempre nos diferencian.


Bienvenidos todos, sean recibidos con los brazos abiertos a este encuentro con las Musas.

martes, 13 de mayo de 2025

Naranja surrealista

 

Foto: Marco Antonio Ramírez


-Marcos Veroes Vegas, estudiante de Francisco Rojas Pozo-


Cuando asistimos al teatro la expectativa está presente. Es inevitable que la imaginación comience a volar con lo posible, lo probable. En ocasiones nos embarga la desazón, pero en otras ocasiones nos agrada constatar y ser testigos de que en Aragua sus artistas continúan apostando por la realización de trabajos que superan los límites de lo aceptable.

La confirmación de que somos pertenecientes al humano ser, como dice el maestro Víctor Bravo, es nuestra vena sensible. Y cuando se posee el talento para plantear un espacio escenográfico sugerente, atractivo y poético estamos en presencia de un equipo de creadores y artistas que apuestan por las cosas bien hechas. Cuando la iluminación escenográfica acompaña las acciones corporales o crean espacios delimitados y precisos demuestra que el azar ha sido conjurado.

Todo lo que he expresado hasta ahora es a propósito de la presentación de "Naranja surrealista" realizada el pasado miércoles 07 de mayo. Se trata del planteamiento escenográfico propuesto por el bailarín, actor y director Erly Ramírez a partir de un poema de Eleazar Marín. Un título quizás algo pretencioso pero que cumple con el elemento estimulante de la imaginación. 

En cuanto a lo que se transmite desde la escena están lo sublime de la edad adolescente, lo encantador del amor de niños, el desencanto ante el rechazo, el dolor de la separación y la valentía ante la vida que siempre se hace en presente.

Éste hermoso equipo conformado por las bailarinas Ibelice Lagos, Sabrina Loaiza, Daliana Yuliby, Karlene del Valle, Seendekk Tineo bajo la dirección del también bailarín Erly Ramírez crean momentos sublimes y conmovedores. La iluminación es creación de Ender Cardozo y el maquillaje a cargo de Carolina Duarte y Carlenes Tovar. Elida Navas, Arnoldo López y tantos otros que aportan y apoyan para que esta estupenda puesta en escena sea lo que es. Gracias por tanto.

jueves, 6 de marzo de 2025

Pequeño lugar de encuentros

 


Cachinche


-Ninfa Monasterios Guevara- 


A lo lejos se escucha el trinar de una sinfonía. Poco a poco su sonido, emocionado y agudo, se va haciendo más fuerte y claro. Sin asomarse a las ventanas o puertas, ya la gente sabe que por ahí viene Cachinche.

Cachinche…apodo que sustituyó al nombre (Isidro Carballo) y rebautizó al hombre que tenía por carta de presentación el sonido, a veces alegre y otras, lastimero, de su sinfonía de siglos. Y su presencia! Porque no había otro personaje como él: Usaba siempre, siempre, una camisa blanquita que destacaba, entre el negro de su piel y el de su traje de flux y pantalón. También llevaba un sombrero, que le achataba un poco su figura de gigante. Terciado sobre su pecho llevaba el forro de su machete. Y en sus grandes manos: la sinfonía y un saludo, además de infinitos cayos levantados y sostenidos con el trabajo incesante dentro de los patios que limpiaba.


Limpiaba y dejaba como nuevos los que antes fueron solo matorrales y escondrijos de cotejos. Todo a cambio de unas monedas y la comida ¡pa’ salvar el día!


Salvar el día del tedio y de la resolana. No era tarea fácil para nadie y menos para Cachinche. Sus ojos eran la suma de muchas tristezas y sinsabores. Los surcos de su cara, eran tan profundos como las agonías de una vida solitaria, errante y sin abrigo. Y su boca, una gran boca, casi desdentada, de gruesas encías rojas, igual que su lengua, articulaba las palabras con un tono y una cadencia que le eran únicos, al igual que su pronunciación. Cuando Cachinche saludaba, las palabras parecían deslizarse en un tobogán extenso, con cadencia, sin prisa.


Sin prisa, tal como caminaba por todas las calles del pueblo, así hablaba Cachinche. Arrastraba las palabras tanto como sus hinchados pies, esos que apenas protegían un par de alpargatas gastadas y rotas. Se pudiera decir que la vida y los hechos de aquel hombre llevaban un mismo ritmo. Iban bamboleándose por los caminos, suave, pausada y cadenciosamente, acompañados de los sonidos de su sinfonía, como si buscara un puerto seguro al cual llegar; como si los tiempos y las distancias se hicieran más cortos o menos duros con ese andar.


Con ese andar, llegaba Cachinche a la puerta de mi casa. Se recostaba en ella y saludaba: Buenos diiiiias, ¿Cómostán poaquí?...y quedaba en el aire, ese olor suyo tan característico junto al eco de sus palabras. Es que hablaba como los negros hablan, pues. Algunas veces, después del saludo y de tomarse un poquito de agua, tocaba el cuatro que también llevaba en sus espaldas.


También llevaba en sus espaldas la certeza de saberse feo para los demás. Y una de sus travesuras consistía en hacer muecas con su cara, estirar su gran boca dejando salir un solitario colmillo y usar sus ojos como especie de globos intermitentes que agrandaba y achicaba a su antojo; todo eso para asustar a los niños y a las niñas, que salían despavoridos a esconderse tras los faldones de sus madres, que reían de buena gana.


Reían de buena gana unas y otros, con las ocurrencias de aquel gran hombre. Y le respetaban y querían, como se quiere una imagen perenne y necesaria. Pero, Cachinche, el negro Cachinche, no vino más. Se perdió en los caminos, solo acompañado por la soledad y su sinfonía.


La soledad y su sinfonía.

El arte de Rosa Montero y el cableado cerebral de los amantes de las letras


-Kreysi Dersi- 


En el vasto universo de la literatura, hay escritores que no solo narran historias, sino que tejen con palabras un mapa único de emociones, pensamientos y reflexiones. Rosa Montero es una de esas figuras que, con su estilo inconfundible, logra conectar con ese singular cableado cerebral de quienes amamos el arte. Su pluma es un puente entre lo cotidiano y lo extraordinario, entre lo íntimo y lo universal.  

Montero tiene la capacidad de contar una variedad de cosas —desde lo más trivial hasta lo más profundo— de una forma maravillosa e irrepetible. Su escritura es un espejo que refleja las contradicciones humanas, las luces y sombras de la existencia, y lo hace con una honestidad que desarma. Es esa honestidad, esa valentía para abordar lo controversial, lo que la convierte en una voz indispensable en el panorama literario.  

Por eso, decidí dedicarle un poema, un pequeño homenaje a su manera de desafiar las convenciones, de explorar los límites de la palabra y de recordarnos que, en el arte, no hay reglas, solo verdades que merecen ser contadas.  


A Rosa Montero


Escribes con la tinta de lo incierto,  

con la valentía de quien desnuda el alma.  

Tu pluma es un rayo que parte en dos  

el silencio cómodo de las certezas.  


Hablas de lo que duele, de lo que vibra,  

de lo que se esconde en los pliegues del tiempo.  

Y en cada palabra, hay un eco de nosotros,  

de ese cableado cerebral que solo el arte comprende.  


Controversial, sí, pero necesaria,  

porque en la controversia nace la luz.  

Y tú, Rosa, eres faro y espejo,  

un reflejo de todo lo que somos y tememos ser.

Cinco textos del escritor venezolano Eliezer Salinas

 


1

Soñé que estaba soñando que mis sueños los veían.

Soñé que me avergonzaba y que por eso no dormía.

Soñé que un hombre de esos,que uno ve todos los días, había llamado poemas a la propia poesía.

Soñé que me disgustaba y que por eso no dormía.

 

2

ESPEJOS

Los espejos lo molestaban. Sobre todo desde que comenzaron a reflejar su inexistente decadencia: arrugas, manchas, verrugas.

Deberían inventar espejos sinceradores, pensó.

Espejito…espejito.

Tal vez si Oscar Wilde hubiera vivido más , habría escrito :el espejo de Dorian Gray; o, mejor: los espejos de Dorian Gray.

Tendrían diferentes gradación: cinco, diez, quince, veinte, treinta…años.

Saldrías del cuarto teniendo unos sesenta años y llegarías a la calle solo de treinta. Y, de regreso, se invertirán los términos. Ya en tu habitación, tu edad reflejada te invitaría a descansar; y tú, un joven abierto a la vida, dormirás arrullado por el placer de la necesidad satisfecha y del deber cumplido por un hombre de sesenta años bien vividos.

Aunque, a lo mejor, bastaría inventar unos lentes con filtro y ajustables, que te permitieran verte y verlos(as) como a bien tengas.

 

3

La luna no tiene fases, ¿O sí?

Ella turna su duelo y se burla de aquél que la condenó a comparsa obligada de este planeta arrogante y bullicioso.

Durante siete días guarda luto cerrado, para luego empezar a desnudarse con excitante calma. No mengua, se desviste; para llegar a presentarse en su desvergonzada desnudez.

Luego, después de haber enloquecido de rabia a sus enamorados, vuelve a vestirse con tan premeditada lentitud que marea.

 

4

Se arregló lo mejor que pudo: su más provocativa e insinuante ropa interior; su vestido nuevo, vino tinto,de tiritas y alcance un par de centímetros por encima de las rodillas, se maquilló, como ella sabía hacerlo: tal y como una profesional. No había manera de estar más linda. Era la primera vez que salía después de la tragedia. Y lo hacía dada la insistencia impertinente de sus amigas: tenía que reiniciar su vida, no llegaba a los treinta años y el papel de viuda joven no le sentaba bien. El espejo le devolvió su preciosa imagen. Tomó su bolso y caminó hacia la puerta de la habitación. Un sonido de vidrio quebrándose la hizo devolverse. Miró al espejo: cuarteado en equis zizagueante, pero íntegro en su molde. Se sentó en la cama. Lo primero que se sacó fueron los zapatos y luego, lentamente, todo lo demás. Se acostó en forma fetal, abrazó la almohada de su esposo muerto y desatendió las cien veces que su teléfono timbró.

 

5

FRENTE A FRENTE

 

Un espejo le grita al otro, ubicado exactamente frente a él: ¡Impostor!

 

Cuatro Ingredientes: Poesía-Pan-Ciudad y Un Compás

 


-Ysbel Mejías-

La locha una moneda con sabor a pan

 

Danos Poesía, nuestro Pan de cada día. Anónimo

 

Sabías que el pan de locha es un pan salado y pequeño de origen venezolano de principios del siglo XX aproximadamente, y además que este pan obtiene su nombre a partir del precio de venta al público en las panaderías. La Locha, fue una moneda en nuestro país conocida también como cuartillo, esta moneda entró en circulación en 1896 y su valor correspondía a 12,5 centavos de bolívar se le llamó locha por ser producto de la combinación entre la palabra ochava (octava parte de la unidad de plata) y la contracción del artículo la. Cuando se suprime la última sílaba de esta palabra el resultado es la palabra Locha.  Dicho esto, te contamos un poco de la historia de nuestro Pan de Locha, también conocido como pan francés o pan de piquito.

El Pan de Locha, es un Pan semi rústico de miga algodonada, suave, esponjosa, de corteza marrón o tostada y quebradiza, su miga ligeramente más suave que la de la Canilla. En la elaboración de este pan se suele utilizar azúcar para darle color sumado a la grasa que ofrece elasticidad y suavidad tanto para amasar como para el consumo del mismo, generalmente en las panaderías se usa la misma masa del Pan Canilla.

Su formato es pequeño y es común en toda Latinoamérica, presenta sus particularidades en la formación para la presentación ante el comensal y es por eso que por ejemplo en Venezuela de acuerdo a cierta variación aplicada en la terminación de las puntas es también conocido como Pan de Piquito. En México se le conoce como Bolillo, Birote, Pan Blanco o igual como en Venezuela Pan Francés. En el caso del Bolillo   puede o no contener grasa en los ingredientes de preparación y lo que sí no suele tener es azúcar a diferencia del Pan de Locha Venezolano.

Cuantos Panes por una Locha

Dice mi papá, quien cada tarde paraba en la Panadería Universidad ubicada en la Av. Universidad en dirección hacia el Limón en esta urbe maracayera; a comprar precisamente el Pan de Locha, que, en su niñez por allá en Soledad, el pueblito localizado en Anzoátegui, en el oriente, él podía comprar con Una Locha hasta 10 panes yo recuerdo el olor a pan y el Crunch cuando se le daba la mordida a la punta y luego se abría para untarlo de margarina. Mi mamá esperaba la llegada con la greca de café recibiendo el calor de la llama azul en la cocina. Y entonces cuando se escuchaba la corneta del Volkswagen (tipo escarabajo) blanco; recuerdo salir corriendo hasta el portón y abrirlo con la mejor sonrisa pues sabía que iba a disfrutar de una merienda que sigue presente en memorias gustativas Pan de Locha y Café con Leche, sentada en la mesa de la cocina junto a mi mamá y mi papá.

 


La Cuenta de Pan

Recuerdo de mi padre que era un amante del pan, decir vamos a buscar una cuenta de pan al llegar a la Panadería cercana a la plaza San Juan en la av. 19 de Abril, era esa la segunda panadería a la que generalmente se iba a comprar el Pan de Locha (Pan Francés), pues, resulta que allí el pan lo ofrecían para complacer el gusto de mi papá y el de mi mamá, nos bajábamos del carro y solicitaba una cuenta de pan francés la mitad bien tostados y la otra mitad blanquitos. Entonces el chico de la barra, agarraba una gran bolsa de papel Kraft y en ella colocaba 40 panes, esa cantidad de pan fue disminuyendo en el tiempo hasta preservarse la cantidad de 10 panes en la actualidad y hasta 8 unidades de pan. También se me viene la memoria que justo en esa panadería los días domingos mi papá compraba Golfeados y Pan Andino. Pero esa es otra historia que contaremos en próximas entregas.

 

Palabras bajo libertad (XX)

 

Edición y montaje: Manuel Cabesa

 

El puente es la mujer. El puente y la cifra. Hay que descifrarla porque la mujer es así mismo el lenguaje.

Octavio Paz

(Día Internacional de la Mujer)


 

Ritual de evocación

(Poemas inesperados)

 

Beatriz Helena Peñaloza

 

 

POUR TOI

 

Chantez tout la noir

Pour moi,

Ma belle grand mere,

Avec tou vetement rouge

Et blanche

Au millieu du froid.

 

Canta toda la noche

Para mí,

Mi abuela bella,

Con tu vestido rojo

Y blanco

En medio del frío.

 


I

 

Yo amo el silencio

Por eso escribí la noche.

 

II

 

No sé cómo escribir el poema

Las palabras vienen y se juntan

Ellas mismas se organizan

O ellas mismas organizan

Lo que siento

Y no sé cómo escribir.

 

III

 

Veo trastes, cartones, objetos

Y veo un potencial

Muy útil para escribir

Lo que sea.

 

Ahora, no sé

Si lo que escribo

Sirve para algo.

 

Me ayuda

A explicarme a mí misma,

Lo que vivo

Y lo que me rodea.

 

No podría vivir de otra manera.

 

IV

 

La literatura

Es la mentira más hermosa

Que he conocido.

 

Escribiré

Beberé vino

Con tal de vivir un poquito

Qué más da.

 

Son cosas que sabemos

Y nos hacemos los locos.

 

Qué más da:

Una jugada de dados

Jamás abolirá el azar.

 

V

 

Tienes suerte

Que te acompañe

Un fantasma

Porque todos

Somos soledades

En el interesante

Juego especular.

 


VI

 

El olvido es la muerte

Es verdad

Pero somos tan frágiles…

 

A veces el olvido

Es una reacción de la mente

 

Me pregunto

¿qué queda allí del ser?

 

¿Tan fácil es borrar un ser?

 

Somos pompas de jabón

Y nos creemos de titanio.

 

VII

 

El amor también es deseo

Aunque es más que el deseo.

 

Unión carnal, posesión

Construcción y muerte.

 

Deseo de poseer el lenguaje,

Expresión del amor,

Deseo de tocar el poema

Y construir con él,

O a través de él,

El cuerpo del mundo

Encarnado por una mujer.

 

Por la mujer,

Que es el objeto del deseo.

 

VIII

 

Todo pasa se repliega

Sobre sí mismo y desaparece

Hasta borrarnos y convertirnos

En una oquedad irrevocable

 

Frente a ese hoyo negro

Sólo tengo la palabra

Para hacerlo todo de nuevo

 

Porque en las cosas importantes estamos indeciblemente solos.

 

IX

 

Un peu de vent ecrit

du bout pied un mot...

Yves  Bonnefoy

 

 

La fuerza del viento

 

Esa imagen

Siempre me ha acompañado

Como un torbellino

 

La siento siempre

 

Todo dentro

Como en un torbellino

 

Por eso me gusta

El verano,

Parece un remolino

De viento sonoro.

 

X

 

Es cierto lo que hablamos

Sobre las confesiones.

 

La magia está

En que esas confesiones

De alguna manera

Nos tocan, nos reflejan.

 

Qué hermosas, son intensas,

Pero encierran tanta verdad.

 

Quizás por eso unos poemas

Resuenan más que otros

En nosotros.

 

 

Foto: Luis Alberto Angulo

XI

 

Este silencio

ha pasado los límites

no se conforma

con esconder y llevarse

mis objetos más preciados

y valiosos

sino que también se lleva

mis palabras

mis nubes

y mis pájaros

y los hace invisibles

frente a mis ojos

mientras ríe

con infame maldad


XII

No dice la palabra

el silencio


pero en el fondo

las palabras

son de silencio

 

XIII

No tengo a la nmano

el silencio

 

lo puedo buscar luego

 

XIV

 

Fue 

lo que me enseñaron

a guardar

 

el silencio...

 

XV

 

Dócil resignación.

 


Ilustración: José Argelio Martínez

 


Beatriz Helena Peñaloza

Caracas, 4 de agosto de 1978. Docente e investigadora. Licenciada en Letras por la UCV, con la tesis Octavio Paz: erotismo , metáfora de unidad. Productora de los programas radiales “Café con leche” y “En buena onda”. Creadora del Concurso Literario Estudiantil “Teresa de la Parra”. Ha participado en encuentros sobre literatura y medios audiovisuales aplicado a la educación. Textos suyos han aparecido en la revista digital Letralia.com. En 2021 publicó el poemario  Palabras en gotas (Dirtsa Cartonera; Maracay).