sábado, 4 de octubre de 2025

El cotoperiz de la abuela



Dos voces se entrecruzan en este relato: las voces de la memoria y la nostalgia se complementan para darnos una crónica del tiempo que transcurre sin apenas darnos cuenta...

-Manuel Cabesa-

-Argenis Díaz-

El cotoperiz de la abuela formó parte del paisaje de su infancia. Si pudiera hablar, ese árbol contaría las veces en que se encaramó en él para escapar inútilmente de la disciplina de su mamá, las veces que comió del delicioso fruto del árbol y otras tantas en que jugaba a ser aquel tarzán de la película que un día vio en el cine Pineda. Colgado de sus ramas, la imaginación se le agitaba. Con el tiempo, ha visto como se desdibuja el paisaje del cual formó parte, al pie del cerro Los Chivos en este valle de Cura…

Hoy me encuentro solitario y casi seco por la falta de agua. Mi añoso tronco siente el paso de mi vejez y mis brazos apenas sostienen unas ramas secas. Otrora el agua corría por mis pies en cada invierno, dejando nutrientes que le daban vigor a mi juventud. Los niños disfrutaban de mi fruto: dulce y amarilla pulpa que degustaban también los grandes. Mi sombra era muy visitada en las tardes, donde las tertulias se prolongaban hasta ponerse el sol. Una pareja de enamorados descubría sus secretos en mis cómplices raíces, que como venas se hundían en el terreno fértil. Sentía ascender la savia vitalizadora que llegaba hasta la cima, donde podía ver un cielo despejado y cambiante; un sol abrasador, a veces, o sentía la lluvia que refrescaba mis hojas para llevar alegría a los pájaros que se posaban en mis ramas. Hoy todo es un recuerdo. Hoy la soledad me invade en este valle que dejó de ser lo que era. Sitio apartado para el descanso. Ya no hay niños en este sitio y los pocos humanos que pasan debajo de mi menguada sombra van demasiado apresurados y cabizbajos…

Desde que era niño ha estado ahí, con su majestuosa sombra, sus frondosas ramas y deliciosos frutos. Me senté en sus raíces. Allí vi a mi padre un día, acercándose a mí para darme unas monedas. Pero fue un día triste, de alguna manera supe que no lo volvería a ver en muchos años… En la casa de mi abuela todo era perfecto, menos aquel día. Casa y árbol me acompañan siempre. También la lluvia. La mata de cotoperiz, como la llamábamos, permanece allí, ya cansada tal vez. Ahora, con los años, ya es parte de mí y renace en cada invierno…

Sigo dando fruto, pero no es lo mismo, ya no hay la alegría de grandes y chicos, y algunos frutos caen secos, comidos por algunos pájaros que todavía revolotean a mi alrededor. Ya no hay abundancia. Las familias se han mudado, sólo algunos que vienen acá a rumiar sus recuerdos de un ayer que no volverá. Tengo miedo de morir, que se desprendan mis ramas. Mi tronco esta viejo, y la herida se alarga y crece hasta dejar expuesto un corazón que apenas late. Me queda el dulzor de las abejas que hacen su colmena en alguno de mis brazos cansados. Sigo esperando que el agua y el sol me dejen llegar hasta el fin con dignidad y dar mi última carga a quienes a veces vienen a verme y se sientan a la poca sombra que me queda a compartir recuerdos. Quizás agosto sea un buen tiempo para revivir o morir en el intento.

Pasaron soles y lunas, lluvias y sequías. Agosto volvió y él también, pero el cotoperiz ya no estaba.


(Los editores agradecen la gentil colaboración de Nohemí Castro para esta publicación).

miércoles, 1 de octubre de 2025

Mi amigo Elio Rubens


-Manuel Cabesa-


Tuyo y de nadie, es el camino abierto.

Juan Sánchez Peláez


Un mensaje de wasap me recuerda que el día 26 de septiembre de 1938, nació en Upata, Estado Bolívar, Venezuela, Elio Ruben Gómez López (Elio Rubens), actor de televisión y teatro venezolano; y murió un día después de su cumpleaños 27 de septiembre pero en 1999.

Y me recuerda también la época en que casi todas las noches transitaba por el bulevar de Sabana Grande entre el Gran Café y la calle Asunción buscando algo de compañía en algún un refugio donde pudiera abrevar también mi inagotable sed.

No siempre hubo compañía, era cuestión de suerte, si yo no me procuraba a alguien antes, conseguir con quien conversar de cualquier cosa. 

Tres eran los sitios que utilizaba de oficina en aquellos predios, los cuales visitaba según el estado de ánimo, la situación económica y de quién me acompañara y con qué intenciones. 

El más frecuente, la barra del Gibus en el legendario Callejón de la Puñalada, donde gozaba de la complicidad del barman, Roberto, y en donde podía codearme con los panas escritores sin ninguna ceremonia: Ángel Malavé, Pancho Massiani, Miguel Márquez, Gabriel Jiménez Emán, entre los que recuerdo.

En la calle Asunción, paralela a la Puñalada, estuvo O' Gran Sole que a pesar del nombre era una tasca española de dos niveles atendidos ambos por dos Pepes, uno gordo en la planta baja y uno flaco en la mezzanina. Yo casi siempre en la mezzanina y casi siempre solo: un sitio tranquilo para beber y meditar con la venia de mi amigo Pepe que siempre estaba atento para cambiar el tercio sin que se lo pidiera. Abajo pocas veces, y casi siempre en compañía de amigo; fue allí donde conocí a Carlos Noguera una noche donde sellamos una amistad nacida a primera vista que duró hasta su muerte.

Menos visitado la Marisquería La Asunción casi al lado del bulevar. Era más para comer y estar grupo. Aunque a veces me dejaba caer solo por ahí.

Una noche que estaba en el sitio con la barra llena,así que me tocó ocupar una mesa del fondo. Al poco rato hizo su entrada Elio Rubens: todo un caballero elegante imbuido en un traje tres piezas, buscando un lugar donde ubicarse mientras saludaba a todos a su paso. 

Al fin me descubrió y llegó a donde estaba sentado: me tendió la mano junto a las buenas noches y preguntó si podía sentarse. Evidentemente que sí y durante un rato pasamos la velada juntos, en un silencio sólo interrumpido por quienes se acercaban a saludarlo.

No hubo presentaciones, no hacía falta: yo sabía quién era y a él no le importaba quién era yo. La situación no dejaba de parecer extraña: ahí estaba sentado junto al Santos Luzardo de mis recuerdos televisivos, en completo silencio, cada uno ocupado con su bebida y sus asuntos.

Al terminar de disfrutar un par de whiskys y cancelar su cuenta, se despidió con otro apretón de manos mientras me daba las gracias por todo (!).

Habría quedado como un momento feliz y tranquilo, si no fuera porque otro día cuando regresé al local se repitió la misma ceremonia y esta vez innecesariamente porque habían mesas desocupadas (creo que era un lunes). Llegó el primer actor, saludando a los presentes hasta llegar donde estaba, me estrechó la mano, dió las buenas noches y pidió permiso para sentarse. 

Ya a esta altura Elio era como ese amigo que querías hacer y de pronto lo tienes junto a ti. Ambos callados en esa extraña complicidad que da el silencio. 

Lo seguí encontrando, cada vez que pasaba por La Asunción, que ya dije no era muy seguido, aunque Elio si parecía un cliente regular y desde esa primera vez la estrechada de manos y las buenas noches, aunque no compartiéramos la mesa, se volvió algo habitual.

Cierta vez, estaba acompañado por una chica y otro amigo cuando Elio entró como siempre, elegante y sobrio saludando a la clientela, hasta llegar a nuestra mesa donde se inclinó (era muy alto) para darme la mano, saber cómo estaba y darle las buenas noches a quienes me acompañaban. Todo ante el estupor de ellos que nunca imaginaron que una gran estrella de la televisión tuviera la cortesía de venir expresamente a saludarnos. 

Pero lo dicho: mi amigo Elio Rubens era todo un caballero.

Exposición “Adquisiciones : Una Mirada Retrospectiva” engalana los espacios del MACMA


 -Texto y fotos: Claudio González Luna-


Abocados a difundir el genuino e invalorable legado histórico y patrimonial implícito en la plástica regional, la Sala Principal del Museo de Arte Contemporáneo Mario Abreu se vistió con sus mejores galas en la inauguración de la exposición “Adquisiciones: Una Mirada Retrospectiva”, que reúne un selecto grupo de obras ganadoras del Salón Nacional de Arte Aragua.

La exposición artística que promete cautivar el corazón de los aragüeños muestra fantásticos trabajos de los artistas plásticos: Eduardo Bárcenas, José Basanta, Harry Schuster / Gustavo Zajac, Miguel Tortolero, Luis Alberto García, Yanina Guzmán, David Cedeño, Franklin Hernández y Raúl Brown, donde convergen diversos lenguajes, técnicas y tendencias creadoras en varios formatos pictóricos capaces de sugerir a los espectadores, una visión panorámica en torno a la plástica regional y contemporánea nacional.

“Desde el MACMA nos sentimos orgullosos de darle la bienvenida a esta maravillosa exposición que enaltece nuestras Salas y consolidan nuevamente al renovado museo, como un hermoso espacio del Pueblo y para el Pueblo, abierto permanentemente para la participación plena de nuestros cultores regionales”, acotó el Maestro John Escalona, director del Museo de Arte Contemporáneo Mario Abreu.

Cabe destacar que la curaduría de la muestra estuvo a cargo de la licenciada Rosa Lira, mientras que la museografía correspondió al artista plástico Asdrúbal Farías.

“Me parece fantástico esta reactivación que experimenta el MACMA, ya que permite difundir nuestra genuina aragueñidad al mundo entero, siendo una motivación para que nuestros creadores regionales tengan un espacio permanente para mostrar los trabajos artísticos realizados en todo nuestro territorio”, destacó la periodista, fotógrafa y caricaturista Soraya Lares Bauza, residente en urbanización El Castaño.

La inauguración del evento estuvo a cargo de la agrupación Danzas Nacionalistas Expresión Criolla, que bajo la dirección del Maestro William Palencia, deleitó a los asistentes con temas de nuestro joropo aragüeño.

“Es un gran logro que se retomen nuevamente nuestros espacios expositivos, ya que históricamente, el MACMA alberga en su recinto a lo más granado de las artes aragüeñas, y siempre debería ser un museo que difunda el talento vivo regional, para volver a convertirnos en estado piloto de la plástica nacional”, finalizó el artista plástico aragüeño Danilo Seijas.

La exposición “Adquisiciones: Una Mirada Retrospectiva” estará abierta al público hasta los primeros días de noviembre, de lunes a viernes en horario comprendido entre las 8:30 am hasta las 2:00 pm.



lunes, 29 de septiembre de 2025

Leernos en Massiani


-Manuel Cabesa-


"A Ella, mi fuerza y mi forma ante el paisaje".

Juan Sánchez Peláez

 

En la narrativa venezolana el caso más parecido al de Julio Cortázar es Francisco Massiani, y no lo digo por lo innovador (aunque Pancho también tuvo también su toque de innovación durante su época) sino por lo entrañable.

Leer a Massiani es leernos, leer nuestra adolescencia con todos sus terrores y sus inseguridades, leer el primer amor, leer nuestras incertidumbres, leer nuestro pasado: sobre todo para quienes pasamos de cierta edad y tuvimos la oportunidad de perdernos en los paisajes que describen sus relatos y novelas. 

Muy joven llegué a su obra, recuerdo aquellas jornadas escapado del liceo que pasaba en los penumbrosos salones de alguna biblioteca pública, entregado al pecado impune de la lectura. 

En uno de esos albergues leí por primera vez "Piedra de mar" y esa lectura significó una revelación y la expulsión del recinto por no aguantar y reírme con sonoras carcajadas ante las páginas de la novela. 

No pasó mucho tiempo cuando lo conocí en la barra de un reconfortante bar en el este de Caracas. Iba con mi amigo Carlos Antonio Silva que era mayor que yo y estudiaba periodismo en la Central.  

Estábamos buscando iniciarme en los ritos de la bohemia caraqueña, trámite indispensable si quería llegar a ser escritor algún día. 

Allí estaba Pancho solo, en una esquina de la barra, mascullando palabras que él solo entendía. CAS que era lo que llaman un "salío", me preguntó si conocía a Pancho y de inmediato me dijo: "ven te lo presento" sin conocerlo él tampoco. Tendría yo entonces 16 años: era la primera vez que estrechaba la mano de un escritor y para mi mayor emoción, un escritor que yo admiraba de verdad.

No sé cómo pasó, pero de la nada estábamos instalados con él conversando como si de toda la vida... y no solo conocí a Francisco ese día, sino también a su padre Don Felipe Massiani, el legendario autor de "Dinamarca solamente una pensión" que también había leído. Lo extraño fue que después del saludo y sin mediar más palabras Don Felipe se instaló al otro lado de la barra ignorándonos olímpicamente. 

No fue la única vez que compartí con Pancho, después de ese día y durante varios años nos encontramos sin ningún acuerdo previo en bares, presentaciones de libros y hasta en un funeral, y siempre fue la misma actitud, las mismas conversaciones y la misma admiración. 

Pancho y sus libros eran la misma cosa: hablar con él era hablar con Corcho, con Juan, con José... enamorarse de Carolina, de Kika, de Julia.

Precisamente "Un regalo para Julia" queda en la memoria como una especie de retrato del artista enamorado. 

Regresar a esta hora de la vida a ése y otros relatos de Pancho es sentir en el rostro la brisa fresca de los tiempos idos, la nostalgia de lo que fuimos y no pudimos seguir siendo ...

Es como escribió un amigo mío hace poco: "Porque el amor, como un perfume, nunca se va del todo... sólo cambia de lugar".

viernes, 26 de septiembre de 2025

Nueve haikús de Liris Miyares


Foto: Rafael Ortega 


Importado desde Japón por el mexicano José Juan Tablada hasta la Caracas de la primeras décadas del siglo XX con la publicación de "Un día y otros poemas", es apenas en los últimos años cuando el haikú se ha convertido en una manifestación habitual dentro de nuestra poesía.

Con relativa fortuna, debido a lo ceñido de su estructura y su temática tan alejada del efervescente espíritu que distingue al caribe-hispánico, varios autores han asumido el reto de confrontarlo creativamente.

En la solariega Villa de San Luis Rey de Cura, la poeta Liris Miyares ha decidido asumir la propuesta estética de este género de manera muy personal. Su sensibilidad ante las formas del paisaje y los elementos de la naturaleza dan a sus ejercicios un toque de intimidad y nostalgia caros a la ilusión que transmiten estos breves poemas.


Manuel Cabesa

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La lluvia tras la persiana


1.

Llueve muy fuerte

se escuchan lamentos 

las ramas pesan.

15/05/25


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2.

Lágrimas brotan

una a una riegan

emerge vida.

18/05/25


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3.

Camina lento 

por el paso del tiempo 

lloran las penas. 

12/05/2025 


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4.

La hoja tiembla

ante tu inclemencia

moja las ramas. 

10/06/25


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5.

Oigo su fuerza

retumba en la tierra 

danzan las hojas.

19/06/25


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6.

El techo limpio 

se escuchan las penas 

el sol las seca.

19/06/25


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7.

Suenan rítmicas

mojan el pavimento 

forman riachuelos.

15/05/25


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8.

Llora la tarde 

bailan todas las hojas

la tierra vibra.

13/06/25


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9.

Veo la tarde

avanza en silencio

llega la noche.

12/05/25

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Entre la poesía y el poema: esencia, forma y sentido

 

-Alis Teresita Velasco-


La poesía y el poema, aunque estrechamente relacionados, cumplen roles distintos en la experiencia literaria. La poesía es esencia, impulso creativo, emoción que trasciende el lenguaje; el poema es la forma concreta que organiza esa esencia en palabras, ritmo y figuras literarias. 

Desde la perspectiva de la hermenéutica literaria, el sentido poético no reside únicamente en el texto, sino en el diálogo que se establece entre obra y lector (Gadamer, 2004; Ricoeur, 1981).

La poesía despierta emociones y reflexiones, y el poema las materializa. Mi poema “La voz que habita en el verso” expresa esta relación:

"En cada palabra nace un mundo, y en cada silencio, un latido profundo. El poema es río que lleva la esencia, la poesía es llama que no tiene ausencia".

Cada verso refleja cómo la poesía es impulso y el poema, forma; cómo el lector completa el sentido a través de su interpretación, cumpliendo así la función hermenéutica de diálogo entre texto y receptor.

En conclusión, la poesía y el poema son inseparables: la primera es esencia y emoción, el segundo forma y comunicación. La hermenéutica literaria nos recuerda que la poesía vive en cada interpretación, en cada lector que recibe y resignifica el poema, transformando el lenguaje en experiencia y reflexión profunda.


Referencias

* Gadamer, H.-G. (2004). Verdad y método. Editorial Sígueme.

* Ricoeur, P. (1981). Hermenéutica y crítica literaria. Editorial Paidós.

Armando Reverón renace en cada amanecer

 


-Claudio González Luna-


Lienzos, luces y pinceles recuerdan con orgullo y nostalgia, al sensible, humanista e incomparable genio de Armando Reverón, quien inspirado en el vuelo de las mariposas, encontró vías hacia la luz espiritual del trópico venezolano, plasmando en su icónica plástica, estructuras dinámicas y filosóficas internas que conciben la razón como pensamiento que no retrocede ante contradicciones existenciales.

Su vida y obra son imaginación lúdica que milita fantasías revolucionarias, con la idea de transformar al mundo a través de su maravillosa capacidad sui generis de amar con sana locura.

Sus pinturas y muñecas se tornan en fieles reflejos de luchas de clase, placeres incómodos para la burguesía, objetividad dialéctica de combates contra la derrota y la huida.

Potente fuerza filosófica capaz de modificar y predisponer la vida en una síntesis de tonalidades emocionales para luchar contra la liquidación burguesa del imaginario revolucionario.

Esta es su finalidad práctica, y uno de sus saltos cualitativos predilectos contra embates del perverso capitalismo, fantasía tributaria del arte popular y genuina “fantasía real”.

“El Loco de Macuto” muestra su insigne obra creadora bajo una coartada lógica, coherente, irrefutable, incapaz de explicarse sin las debilidades que la vuelven poderosa, y sin sus errores más acertados.

Sus lienzos constituyen textos filosóficos electrizantes y vivos, magullados por desplantes de mil manías burguesas que el artista exhorta de manera poético -truculenta sobre el calvario de una clase social enferma y desahuciada.

Como cuando tuvo que montarle guardia a Rómulo Betancourt al frente de su hogar para que accediera a pagarle una pintura.

Su existencia sencilla, bucólica y desprendida motivó a Reverón a construir su taller en “El Castillete” de Macuto, edificación erigida con caneyes y palmas.

Allí compartió insólitas experiencias de vida con Juanita, su modelo y compañera, y su entrañable amigo, el artista plástico ruso Nicolás Fernandinov, admirador de los profundos conocimientos del genio criollo sobre dadaismo, impresionismo y expresionismo, que lo convirtieron en Maestro de Pablo Picasso en lo concerniente a planteamientos de color y composición.

En cierta ocasión, “El Pintor del Ávila” Manuel Cabré acotó:

“Lo único que le faltó a Armando Reverón para obtener reconocimiento mundial fue haber nacido en París, porque sus obras son infinitamente superiores a las de prestigiosos maestros europeos, íconos de las artes universales”.

En su obra “Autorretrato con Pumpa” el innovador artista venezolano incursiona en miradas introspectivas, comprendiendo las artes plásticas como suprema forma de unificar lo absoluto a través de filosofías deductivas y constructivas trasladadas al lienzo.

La historia tergiversó muchos aspectos sobre la vida de Armando Reverón, creándole fama de gran bebedor, cuando el Maestro no tomaba aguardiente.

Lo que hacía era canjear “cañita” a los pescadores por sardinas y calzones que buscaba Juanita todas las mañanas.

Luego de cocinar suculentos sancochos populares, “El Genio de la Luz” reutilizaba carbón y leña quemada, para pintar bosquejos de famosas modelos, eliminando la utilización de colores tradicionales por cal y yeso.

También utilizó la frutica del Caujaro como elemento fijador para sustituir costosos pegamentos y resinas.

Su lucha existencial se abocó a la búsqueda incesante de placeres y sentires, para nombrar silencios y expresar al universo las concepciones de su propia existencia, siempre al lado de Juanita, retratada entre carbones, tizas y ladrillos, contando siempre nuevas y sorprendentes historias cotidianas.

Armando Reverón se convierte así en una Revolución Filosófica tangible, de carne y hueso.

Bofetada y besos revolucionarios contra la sociedad capitalista llena de ignominia, explotación y barbarie. Reconciliación intimista con las urgencias del pueblo, tramitadas emocionalmente entre sensaciones, virajes de ánimo y desgarradoras políticas-psicológicas.

Cada 18 de septiembre, las comunidades populares observan atentamente el diario renacer del inolvidable y legendario muñequero.

lunes, 22 de septiembre de 2025

El poder mágico de la palabra cautivó a los maracayeros

 


Texto y fotos: Claudio González Luna


Ideando al maravilloso mundo de la literatura como un fenómeno social vibrante y poderosa herramienta para promover hermosos mensajes de paz, amor y unión universal, un grupo de escritores regionales compartieron públicamente sus últimas obras durante la sexta edición del evento Poesía en la Casa en la Pérgola de Casa de la Cultura de Maracay.

La sexta entrega de Poesía en la Casa, cuya parte musical estuvo a cargo de la agrupación de rock alternativo Tekine, contó con la participación de los escritores Alexis Escalona (municipio Revenga), Ysbel Mejías (municipio Girardot) y Manuel García: “Max Bembo” del municipio Santos Michelena, quienes disertaron con el público sobre la importancia de la lecto-escritura como elemento esencial para ayudar a fomentar pensamientos críticos-reflexivos en comunidades populares.

“Este encuentro nos permite a los cultores de la palabra, mostrar las diferentes propuestas literarias que venimos realizando en cada municipio de Aragua, para difundir a los cuatro vientos que la poesía es vida, y por ello, los creadores andamos en un decir cotidiano”, acotó Alexis Escalona, residente de El Consejo y autor de estudios sobre poesía urbana y erótica, así como trabajos sobre la poesía vista desde adentro de sí misma.

La actividad hizo énfasis en cómo la lectura se torna en prioridad, dejando así el libro, de ser una simple mercancía, para consolidarse en un maravilloso bien cultural, portador de ideas, reflexiones y conocimientos.

“Música y poesía siempre han ido juntas por el mundo, siendo ambas una especie de mágica forma expresiva del alma capaz de trascender tiempos y espacios a través de un complejo juego creativo donde finalmente las musas deciden y te dictan el rumbo de tu obra literaria o partitura musical", destacó el guitarrista Rofer Moreno, integrante de la agrupación de punk grunge maracayera Tekine, vocablo turco que significa “afortunado”.

A través de sus sentidos versos, los poetas invitados permitieron al público abordar galácticas nubes de imaginación para conocer reinos de fantasía, sueños y utopías básicas para entender nuestra realidad social circundante.

“La poesía tiene el poder de humanizar a la sociedad y darle a lo cotidiano, ese toque de gracia necesario para poder concebir la vida desde otro punto de vista pletórico de paz y amor universal”, finalizó el escritor Rafael Ortega, coordinador de literatura en Secretaría de Cultura.

Esta calle llevará tu nombre

 


Texto y fotos: Rafael Ortega

(Colaboración de Isabel Rivas)


Todos sabemos que las ciudades crean sus monstruos y los abandonan al olvido, pero también es cierto que cuando las calles adoptan a esos seres proscritos, los arrullan por las noches para que no mueran de pena.

Con el tiempo, el hijo se hace fuerte y astuto, algunas veces vulnerable y sentimental, pero dueño de una sabiduría que sólo la maestra vida es capaz de transmitir a sus alumnos.

Muchos estudiantes han sido graduados por la maestra vida, pero en nuestra ciudad destacaba una alumna: Zoraida García, como la más brillante.

En un desfile de feria por la avenida Bolívar de Maracay, por los años ochenta, tuve la oportunidad de conocerla. Yo era un adolescente y acababa de salir del bachillerato, pero jamás había visto —ni de lejos— a un poeta.

La primera impresión que causó ante mis ojos bastó para comprender su entrega por el arte, pues a pesar de que estaba rodeada de indigentes, seres envilecidos por el licor, su figura emergía entre la podredumbre como una flor en medio del fango.

La recuerdo como una mujer delgada, de porte elegante, que se expresaba con una voz armoniosa y una dicción muy limpia. Era exquisito verla empinarse la botella y devolverla con gracia a sus compañeros.

Seguidamente, cuando pasó frente a la mesa de un artesano que conversaba conmigo, tomó unos collares de caña y los escondió entre sus pantaletas. Se paró frente a él y lo retó a que se los sacara. El artesano dejó que se marchara y no le quedó otra que celebrar la travesura entre risas.

Describir o definir a Zoraida García no es tarea fácil, escribió Agustina Ramos, y estoy totalmente de acuerdo. Por su parte, Eleazar Marín la define como un ventarrón público que, de manos a una botella, deambulaba sobre su miseria (...) como palabra irreverente, como locura impuesta por las desgracias del amor, como ojos y lengua acusadora, sonoridad y desparpajo que algunas veces causaba constricción y la mayor de ellas cariño.

Después de aquel encuentro, volví a verla en cualquier paraje, a veces sola, a veces acompañada, pero jamás tuve la osadía de acercármele aunque sea para extenderle mi mano y decirle: ¡Salud, poeta, algún día esta calle llevará su nombre!

Luego de unos meses me enteré de su muerte. A pocos días del trágico incidente, Eleazar Marín escribió: “No sé si el hombre que disparó contra las ruinas de Zoraida García, con o sin órdenes superiores, y los superiores mismos, puedan tener sosiego después de haber asesinado la voz irreductible y rebelde del amor caído en desgracia”.

Años más tarde de la desaparición de Zoraida tuve la oportunidad de leer el poemario Lejos de la jaula, gracias a la amabilidad de Héctor Bello, quien me lo prestó para fotocopiarlo. En este libro destaca el epílogo que escribió el poeta Alberto Hernández, donde sentencia: “La muerte la ronda y la saluda, pero intenta espantarla de un salivazo para salvar el temblor ante la poesía. Y lo hace”.

De allí deduzco que un personaje así difícilmente podrá desaparecer de la memoria de una ciudad que adora a sus hijos y los protege del olvido. Por eso, en cualquier momento alzaré una botella y con el poder que otorga la poesía bautizaré esta calle con el nombre de Zoraida García.



Poemas de Zoraida García


Cerbatana


Para poder brindarte una sonrisa

bajé del cielo


y aún así

encuentro tu rostro

destilando hiedras


(***)


Estabas allí, como todos los días,

frente al ventanal, como si tal,

con tu frente amplia, y esta vez

con tu vestido rojo, tus cejas pobladas

y esos ojos soñadores enmarcando

una mirada extraña.


El ir y venir rutinario, mis noches

insomnes, y el beso de todos los días...


Aquella vez, después del tiempo,

un andar de siluetas tal vez trasnochado

y mi paso cansado por las avenidas,

eras más que un bohemio.


(Tomados de Lejos de la jaula)


Elegía


Escuela de Aviadores

Pilotos del Ejército


“Oid este testimonio”

La hora de la sempiterna

ha aparecido.


Opacamente

en el horizonte

sobre una estrella

cabalgando

en la noche

con el solo objeto

de saludarnos.


Así me permita

su majestad

El señor emperador

de estos demonios.


En rituales

si es que los señores

me permiten

agregar unas

cuantas

palabras

                       a mi osadía

que con benevolencia

del señor

no se ha convertido

en osamenta.


Tengo que deciros

Que nuestros ojos

son extraños

en relación

con diferidas visiones.


Enemigo II


Sólo los enemigos

Ocupan

        El Santuario

altamente contaminado


La señora

        carcomida

llena de pus

los llama

los alaba.


   son

gonococos

  que la cuidan

para alejar

      a la limpidez

de una flor

          sin espinas

A las que tiene

       horror.


Señora carcomida

       apadruñas

       alimentas

tanto a uno

       como a otro

la flojedad

y así pregonas

        que sirves,

        que ayudas,

        que eres buena,

        que son buenos.

Que ofendes

y maltratas

a los que defiende

   el justo.


¿Hasta cuándo

    apañas

Señora carcomida?


Y tú el que se pretende

        le das

        la mano

          Siempre a su lado

        de lado

        de lado.

Oye tú la voz

la de siempre

      la anterior.


(Tomados de Sólo los enemigos)


III


Los perfiles de la tierra

remojados.

Los cánticos y atalayas

de los pobres

desahuciados vecinos;

El lloriqueo de dos inocentes

blancas palomas.

El can muerto debajo

de mi poltrona preferida.

El conjuro de mi madre

a mi destino.

He ido dejando el sexo abandonado por los

caminos como lastre de insípido horizonte,

sin sentir

el contacto de un rostro velludo

Y la erección que da constancia

de una preñez en desamparo.


(Tomado de separata en honor a Zoraida García en La Honda y El Pájaro).


A propósito de Zoraida...


 -Isabel Rivas-


Nació en Maracay, en el año 1956. Contrajo matrimonio siendo muy joven y a los 16 años trajo al mundo a su primer hijo. De esa unión nacieron dos niños, quienes vivían junto a la pareja en el barrio La Democracia. Luego de unos años, se separó de su esposo y comenzó a incursionar en el teatro.

En 1973, a los 18 años, entró en el Teatro Universitario, con la pieza Un hombre es un hombre, de Bertold Bretch, versión de José Ignacio Cabrujas. En 1975 trabajó en la pieza de Carlos Fuentes El tuerto es rey y en El martillo de Ramón Lameda.

De sus primeros años en el teatro se le recuerda como una muchacha sencilla, afable, de buen trato, siempre dispuesta a conversar, con una gran capacidad para amar e incapaz de hacerle daño a alguien. Quienes tuvieron la oportunidad de compartir con ella en las tablas aseguran que poseía una excelente memoria, se aprendía los textos muy rápido.

En una ocasión, Zoraida confesó a un amigo que soñaba con tener una casa ordenada, limpia, arregladita; cocinar, contar con un esposo, una vida cotidiana como cualquier mujer.

Entre sus autores favoritos destacaban César Vallejo, Charles Baudelaire y Arthur Rimbaud. Poesía vivencial, cotidiana.

A partir de junio de 1981 padeció una grave crisis mental. Comenzó a llevar una vida desordenada e irreverente.

Aún dentro de su enfermedad, Zoraida vivía la poesía. Escribía sus textos en cuadernos, en hojas que dejaba en cualquier parte o las vendía a los transeúntes.

Colaboraba con las páginas literarias de periódicos aragüeños y fue fundadora de las revistas Lanzallamas y La Quijotada, además escribió muchos textos en la revista Umbra y publicó una selección de poemas en Cuadernos del Fondo de la Casa, número 1, en 1982.

Cabe destacar que desarrolló un trabajo de calidad, de buena presentación y pudo concretar parte de su creación poética, que a pesar de ser muy breve, fue consistente.

En una oportunidad, su amiga Agustina Ramos la llevó a vivir a su apartamento. Allí la poeta llevaba una vida tranquila, doméstica. Escribía, participaba en actividades literarias. Agustina hizo lo posible por ayudarla en su enfermedad. Consultó a algunos psiquiatras y los diagnósticos eran negativos. Requería de un largo tratamiento que no daba seguridad de total recuperación. Inclusive, los médicos sugirieron llevarla a Cuba “a ver” si allá la curaban. Tampoco daban seguridad en este caso.

Un día dejó el apartamento y volvió a la calle. Su vida transcurrió en medio de la pobreza extrema, presa de la locura. En esta etapa, Zoraida tenía muchos problemas con la policía, la detuvieron varias veces por su irreverencia y por la violencia que había crecido dentro de ella. Esa agresividad que la llevaba a golpear a los funcionarios cuando éstos le llamaban la atención por alguna de sus “travesuras”.

Su libro Lejos de la jaula fue una edición producto del afecto de amigos y allegados.

En la madrugada del 10 de julio de 1987, Zoraida García murió trágicamente en un oscuro incidente acaecido en el Museo Aeronáutico de Maracay.

En 1995, la Secretaría de Cultura del estado Aragua publicó el poemario Sólo los enemigos.

Por las razones ya conocidas, gran parte del trabajo poético de Zoraida García quedó disperso, más de la mitad perdido.

domingo, 21 de septiembre de 2025

Danilo Seijas brinda tributo a Maracay con su mural "Círculos radiales"



Texto y fotos: Claudio González Luna

Ideando las paredes como un genuino lienzo para plasmar sus novedosas propuestas culturales, el artista plástico Danilo Seijas brinda un hermoso homenaje a nuestra querida Ciudad Jardín con su mural “Círculos radiales” pintado en espacios de Casa de la Cultura de Maracay, justo frente a su entrada de la avenida Sucre.

Se trata de una obra enmarcada dentro del constructivismo geométrico o arte matemático puro, a través de círculos entramados, que unidos al juego artístico del claroscuro, crean un maravilloso contraste capaz de engañar a la vista humana, al semejar un fantástico cinetismo, por medio de los colores blanco y negro magistralmente intercalados.

“De tanto deambular de manera trashumante por espacios de Casa de la Cultura de Maracay, finalmente me decidí a brindarle un regalo a la ciudad, con este mural y un pedestal ubicado a pocos metros, que constituyen centímetros y pulgadas de arte matemática, en busca de lograr una composición ideal para que los puntos de fuga se pierdan en el infinito, que aspiro se integren permanentemente a la arquitectura de esta icónica y querida institución cultural”, acotó el talentoso creador popular, oriundo de la urbanización Bolívar en La Victoria, estado Aragua.

Cabe destacar que desde la infancia, “El Catire” mostró su vocación innata por las artes plásticas, siendo portador de un pincel brillante y una sonrisa clara, manejando su propio aprendizaje sobre pintura y dibujo, como una melodía auténtica que le brotaba del corazón.

Su barrio natal le brindó los primeros aplausos, al realizar retratos en vivo durante tiempos de televisión en blanco y negro, y Salsa Brava, cuando llevaba pantalones cortos y sueños largos

Su talento creció al mudarse a Maracay a finales de los años 60s, desde la inconmensurable realidad de urbanización Las Acacias, con una intuición que superaba su novicia edad:

“Comencé pintando figuras fantasmagóricas que me sugerían las manchas de humedad en paredes, baños, así como en charcos y lagunas, aunque luego me dediqué a dibujar rostros de amigas de mi madre Isolina, asombradas por mi peculiar estilo para captar su esencia, emulando sin saberlo, técnicas de Goya”.

El nombre de Danilo, ligado a su sobrenombre, tomaba de a poco raíces con el público, alcanzando predilección consagratoria en el ámbito popular.

Y otro día señalado en su vida, hacia mediados de los 70s, luego de sufrir una grave lesión en su rodilla, que ameritó su hospitalización por tres meses en el Hospital Civil de Maracay, decidió inscribirse en la Escuela Rafael Monasterios para estudiar arte puro.

Allí adquirió nuevas ideas y sereno criterio para consolidar su particular concepción del arte:

“El dibujo y la pintura son la panacea existencial de mi vida, genuina llave maestra de paz y amor, magia pura que abre cualquier puerta y es capaz de transformar a la humanidad “, finalizó Danilo, quien diariamente acude a espacios de Casa de la Cultura de Maracay para jugar ajedrez, contemplar sus “Círculos radiales" y conversar con la gente sobre sus nuevos proyectos sobre constructivismo geométrico.

Albany Carantoña expone su espiritualidad en el Salón Pablo Prazuela


Texto y fotos: Claudio González Luna

Concibiendo la pintura como un maravilloso acecho a la imaginación que invita a los seres humanos a un perenne diálogo con nuestros silencios, la artista plástica Albany Carantoña inauguró la exposición “Heredando el Pincel/Contrastes” en el Salón Pablo Prazuela ubicado en espacios de Casa de la Cultura de Maracay.

A través de sus obras, la talentosa artista plástica maracayera, oriunda de La Barraca, es capaz de abordar galácticas nubes de la imaginación para conocer reinos de fantasía, sueños, mitología y utopías, teniendo siempre presente la realidad social circundante, para lograr establecer una tácita y maravillosa relación con las comunidades populares que admiran su trabajo con el pincel, a través de su técnica preferida de acrílico sobre tela.

“Heredando el Pincel/Contrastes” constituye además un sentido tributo a su abuela, la artista plástica popular Delia Terán, y por ello también se muestran 13 pinturas y una escultura gigante de la icónica fuente de inspiración vivencial de Albany.

“Estoy muy complacida por permitirme mostrar mis pinturas en esta prestigiosa sala, erigida en hermosa referencia para los artistas plásticos regionales, y poder de alguna manera, mantener vivo el legado de mi abuela Delia, para que las nuevas generaciones también puedan disfrutar de su vibrante obra integral, vibrante, bonito y alegre con temas de la cultura folclórica popular como son: María Lionza o Diablos Danzantes entre otros “, acotó Carantoña, quien se auto califica como una artista plástica en constante desarrollo.

Las artes, conceptualizadas como un hermoso camino hacia descubrimientos de genuinas esencias humanas, constituyen una pasión de vida para esta cultora maracayera, egresada de la Escuela de Artes Visuales Rafael Monasterios, influenciada por los movimientos surrealistas, temas sobre simbolismo, mitología, fantasía y todo aquello que explora la mente humana.

“Me califico como incansable investigadora de la plástica, ya que continuamente aplico a mis creaciones, elementos que han impactado mi espiritualidad en determinadas etapas de vida, trascendiendo tiempos y espacios al momento de plasmar mi trabajo sobre el lienzo, convertido en hermosa fuente de emociones discordantes”, destacó Albany, defensora de la integralidad de las artes como vía de facilitar la transmisión de mensajes humanistas.


El proceso creador de Carantoña semeja un caleidoscopio en constante movimiento, anotando en una libreta invisible, sus sensaciones de la vida cotidiana producidas por palabras e imágenes de su querida abuela Delia, erigidas en punto de arranque hacia diversas concepciones existenciales que intenta abordar en sus pinturas.

“Heredando el Pincel/Contrastes”, exposición que contó con participación del artista plástico Asdrúbal Farías en lo referente a la museografía, con ayuda de los cultores populares Richard Gil, Ulier González y Carlos Liendo, estará abierta al público en el Salón Pablo Prazuela, hasta los primeros días de octubre, de lunes a viernes, en horario comprendido entre 8:30 am y 3:30 pm.

“Invitamos a las comunidades populares e instituciones educativas de nuestra entidad a disfrutar de esta emblemática y maravillosa experiencia artística, que promete marcar pauta en la plástica regional”, finalizó Emilio Cabrera, coordinador de la Unidad de Investigación y Formación del Instituto de la Cultura de Aragua (ICA).