domingo, 21 de septiembre de 2025

Danilo Seijas brinda tributo a Maracay con su mural "Círculos radiales"



Prensa SSPPC

Ideando las paredes como un genuino lienzo para plasmar sus novedosas propuestas culturales, el artista plástico Danilo Seijas brinda un hermoso homenaje a nuestra querida Ciudad Jardín con su mural “Círculos Radiales” pintado en espacios de Casa de la Cultura de Maracay, justo frente a su entrada de la avenida Sucre.

Se trata de una obra enmarcada dentro del constructivismo geométrico o arte matemático puro, a través de círculos entramados, que unidos al juego artístico del claroscuro, crean un maravilloso contraste capaz de engañar a la vista humana, al semejar un fantástico cinetismo, por medio de los colores blanco y negro magistralmente intercalados.

“De tanto deambular de manera trashumante por espacios de Casa de la Cultura de Maracay, finalmente me decidí a brindarle un regalo a la ciudad, con este mural y un pedestal ubicado a pocos metros, que constituyen centímetros y pulgadas de arte matemática, en busca de lograr una composición ideal para que los puntos de fuga se pierdan en el infinito, que aspiro se integren permanentemente a la arquitectura de esta icónica y querida institución cultural”, acotó el talentoso creador popular, oriundo de la urbanización Bolívar en La Victoria, estado Aragua.

Cabe destacar que desde la infancia, “El Catire” mostró su vocación innata por las artes plásticas, siendo portador de un pincel brillante y una sonrisa clara, manejando su propio aprendizaje sobre pintura y dibujo, como una melodía auténtica que le brotaba del corazón.

Su barrio natal le brindó los primeros aplausos, al realizar retratos en vivo durante tiempos de televisión en blanco y negro, y Salsa Brava, cuando llevaba pantalones cortos y sueños largos

Su talento creció al mudarse a Maracay a finales de los años 60s, desde la inconmensurable realidad de urbanización Las Acacias, con una intuición que superaba su novicia edad:

“Comencé pintando figuras fantasmagóricas que me sugerían las manchas de humedad en paredes, baños, así como en charcos y lagunas, aunque luego me dediqué a dibujar rostros de amigas de mi madre Isolina, asombradas por mi peculiar estilo para captar su esencia, emulando sin saberlo, técnicas de Goya”.

El nombre de Danilo, ligado a su sobrenombre, tomaba de a poco raíces con el público, alcanzando predilección consagratoria en el ámbito popular.

Y otro día señalado en su vida, hacia mediados de los 70s, luego de sufrir una grave lesión en su rodilla, que ameritó su hospitalización por tres meses en el Hospital Civil de Maracay, decidió inscribirse en la Escuela Rafael Monasterios para estudiar arte puro.

Allí adquirió nuevas ideas y sereno criterio para consolidar su particular concepción del arte:

“El dibujo y la pintura son la panacea existencial de mi vida, genuina llave maestra de paz y amor, magia pura que abre cualquier puerta y es capaz de transformar a la humanidad “, finalizó Danilo, quien diariamente acude a espacios de Casa de la Cultura de Maracay para jugar ajedrez, contemplar sus “Círculos Radiales “ y conversar con la gente sobre sus nuevos proyectos sobre constructivismo geométrico.

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Rafael Ortega