Apenas logro hilvanar
dos palabras
entresacadas de una maraña
de necesidades
casi oníricas
casi en vigilia
ovillo de trabajo
de compromisos
de fe
Ninguno más importante
que los buenos días
para suavizar las ganas
de seguir en el nido
***
Prefiero
seguir en libertad
bajo palabra
así
mientras siga pecando
mis palabras
tendrán el valor
de mis sueños
***
De allí surgió Sartre
El segundo
lustro
de la década
del cuarenta
del siglo
pasado
fue triste
y decadente
***
Compañeros siempre
el dolor y la tristeza
¿Dónde está el dolor?
Míralo allí
junto a la inocencia
Aliñao
Apareció en el mercado siendo casi un niño. Allí se quedó. Llegó sin un nombre y se fue insertando en aquel mundo.
Le tocó ser explotado trabajando de madrugada a la noche, de lunes a lunes y de primero a treintaiuno. Su dueño: un portugués mayorista de aliños y especies.
Su falta de aseo originó que el olor a cebolla, ajo, canela, comino, ají y, en el mejor de los casos, a pimentón y cilantro, se fuera consustanciando con su cuerpo, con su piel; de suerte que su nombre desconocido devino en Aliñao.
Todas las noches, con sus compinches de miseria, consumía mendrugos de sobras recogidas del suelo o la basura, acompañando el condumio con licor y drogas comprados con el producto de su trabajo.
Una madrugada en que agregaron drogas extrañas traídas del norte, de muy lejos, alguien comentó lo de su cuerpo adobado, que podía ser asado con solo ponerlo en la candela.
Así terminó: asado y consumido como plato principal en una especie de aquelarre de gente menesterosa.
Ese cuento "el aliñao" contiene los ingredientes que determinan un trágico final para sus duras andanzas por este mundo.
ResponderEliminarSaludos de 02dilzam
EliminarPoemas de soledad, vacío, tristeza. Continúa escribiendo que "algo queda". Saludos cariñosos, Dilcia.
ResponderEliminarel trabajo, las metáforas, el hacer y los recuerdos presentes en estos textos. Ysbel
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