viernes, 24 de octubre de 2025

Y ahora, ¿qué vamos a leer?

 


-Manuel Cabesa-


"A Ella, mi fuerza y mi forma, ante el paisaje".

 J.S.P.


Hace pocos días un diario digital publicó una nota diciendo que "Cien años de soledad" y otras obras del Gabo e Isabel Allende, han sido vetadas en las escuelas de Estados Unidos, y parece que esto ha despertado cierta indignación y muchos han compartido y comentado la noticia con un dejo de alarma. 

Ahora bien, que en Estados Unidos no lean autores hispanohablantes no es tan alarmante como a primera vista se deja ver. Quizás los que deben llevarse las manos a la cabeza son los editores que invierten en las traducciones de estos autores. 

De resto, la sociedad norteamericana es tan insípida que lo único interesante que han creado en los últimos treinta años en materia cultural son Los Simpson, porque la verdad en el último tercio del siglo pasado y lo que va de éste no recuerdo el nombre de ningún autor equiparable al Gabo (apartando quizás a Stephen King), ni a los grandes maestros que llenaron un gran espacio en la narrativa norteamericana en los locos años veinte.

Lo cierto es que lo que dejen de leer los gringos no me quita el sueño, me preocupa más lo que hemos dejado de leer nosotros. ¿Quién, hoy día, lee a "Cien años de soledad" en nuestros salones de clase?

¿En qué aula se fomenta la lectura de "El túnel", "Aura", "Doña Bárbara", "Casas muertas" y otras que formaron parte de la educación de aquellos que alguna vez padecimos la tortura del bachillerato?

Hoy en día, gracias a la cercana lejanía de las redes, se ha fomentado la modalidad de los "club de lectura" y hay por montones, y cada uno con cientos de personas en su nómina, pero no deja uno entonces de preguntarse ¿qué tanto es lo que leemos?

Pues al parecer a García Márquez no, ni ninguno que suene a violencia o reacción contra lo políticamente correcto. Digamos que lo más "fuerte" que se lee hoy día es a Bukowsky, que no deja de ser un borrachito simpático con una filosofía de doble sentido más bien inocentona.

Y sin salirnos del patio, ¿quien comparte la lectura de Uslar Pietri, Teresa de la Parra, Julian Padrón, Guillermo Meneses, Díaz Sánchez, Julio Garmendia y otros venezolanos menos conocidos que engrosan la lista de libros descontinuados.

Y fuera del patio: ¿quién se mete con Dostoievsky, Faulkner, Camus, Beckett sin pasarles por encimita para no ensuciarse mucho?

La cuestión es que esos autores que desgarraban el alma, que denunciaban todo tipo de injusticias, que eran portavoces de los más necesitados, que no tenían vergüenza de exponer sus bajezas y las bajezas del sistema ya no se les oye nombrar, ni sus libros están en las vitrinas de ninguna librería, ni nadie los solicita en las bibliotecas públicas, ni por supuesto se leen en las escuelas. 

En Estados Unidos los libros se prohiben y siempre habrá una posibilidad de infringir la norma, entre nosotros no hace falta prohibirlos: se les echa al olvido y que sea lo que Dios quiera.

3 comentarios:

  1. Excelente trabajo, creo que es justo y necesario expresar está inquietud.y darle importancia a los autores de habla hispana. Cómo dicen por ahí, " cada loco con su tema ".Gracias por compartir

    ResponderEliminar
  2. Tengo varios años sin dar clases de literatura en las aulas, no tengo idea que lecturas se recomiendan y se leen en ellas. Muchas de las obras que mencionas las leía con mis estudiantes. La "lejana cercanía" con las redes y el acceso a canales de transmisión de películas, permiten hacer posible leer y ver las versiones de obras de la literatura universal y latinoamericana. Dilcia por acá

    ResponderEliminar
  3. Personalmente no leí "cien años de soledad" en el liceo. Fue de adulta que pude terminar el bachillerato y fue allí que descubrí lo que me había perdido.

    Observé de cerca lo que puede hacer una historia como está en los jóvenes. Corren el peligro de despertar su creatividad , su fantacia, se les despierta la capacidad de crear historias formidables.

    Yo lo ví en los ejercicios del joven Serrano Rondón. Esto me motivo a vencer mis prejuicios y leer la obra. Así que cuando Ingrid Chicote nos invitó a desarrollar narrativas, con gusto lo hice. Por aquí la muestra:

    https://steemit.com/spanish/@lunasilver/mohenjo-daro-cuento-regreso-a-steemit

    ResponderEliminar

Los blogs se alimentan de palabras, gracias por dejar sus comentarios en el mío.
Un abrazo,
Rafael Ortega