Ilustración: César Blanco
Quiso cantar, cantar
para olvidar
su vida verdadera de mentiras
y recordar
su mentirosa vida de verdades
Epitafio de un poeta
Octavio Paz
-Julio César Pérez-
Camina con una lentitud plagada de pensamientos. Se detiene y mira a su alrededor. Recoge palabras de una pared y aun letras que cuelgan en el desprendimiento del friso, las guarda en una cajita de plástico y luego en un bolso infantil con la figura del pato Donald. Su caminar es suave, empuja una pierna despacio, luego la otra, así, poco a poco, llega hasta el infinito.
Ducho en sagradas escrituras de todas las creencias, de todos los mundos, su trabajo consiste en preservar las letras, las que forman palabras y las solitarias, para convertirlas en versos de cualquier poema, de cualquier poeta.
Toma letras de todos los alfabetos y, con habilidad de quien ha manipulado la palabra desde siempre, las convierte en armonía para ser oídas, ser leídas.
Construye sus propias verdades con los retazos de enciclopedias, historias, antologías y cuanto manuscrito cae en sus manos.
Su lugar son muchos lugares. Él y sus otros, inventan tugurios por toda la ciudad. Se empina botellas vacías donde ha acumulado el aliento y aún queda algo para entonarse desde la vigilia del amanecer.
Y comienza el periplo diario, los diez años de Odiseo, oyendo cantos de sirenas, cegando cíclopes, amando circes y bajando al Hades que él mismo construyó.
Allí lo recogen las ninfas protectoras y lo devuelven intacto a la vieja costumbre de recomenzar la vida.
Sigue viviendo con las letras. Cantando sus recuerdos y añoranzas de los espacios perdidos en sus andanzas como poetílico.
Muy bonito
ResponderEliminarFelicidades
Profesor
!mil gracias! Rafael por los momentos compartidos, en los predios donde dejamos nuestras huellas de concreto haciendo los que nos tocó...el mundo de las letras. A mi mentor y amigo por siempre, Manuel Cabea todo un mundo de bendiciones.
ResponderEliminarSiempre su amigo.Cesar Blanco
ResponderEliminar!Felicidades!
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