lunes, 25 de noviembre de 2024

Palabras bajo libertad (X)

 


¿Palabras? 

Sí, de aire,

y en el aire perdidas.

Octavio Paz

 

Selección y edición: Manuel Cabesa

 

Presentación

 

Una nueva generación se abre paso dentro de la poesía aragüeña; una generación que apenas está abriendo los ojos a la vida, pero que ya está consciente del valor de la poesía como medio de expresión.

Altair Abarca es una de estas jóvenes que ha buscado en la poesía y el dibujo una manera de definir su visión del mundo. Participó en un taller de poesía a los 13 años y a partir de allí comenzó a escribir. A los 15 años se inscribió en el taller de la Escuela Nacional de Poesía Juan Calzadilla, facilitado en aquel entonces por Skarlet Boguier.

Un mundo que está plagado de nostalgia por la infancia que apenas termina y la incertidumbre de una vida que es apenas una niebla llamada futuro.

Aún así, con un tono preciso, vigilante, Altair posee la madurez suficiente para afrontar, por intermedio de la imagen, esas pequeñas pérdidas afectivas que con el tiempo irán trazando la geografía de su carácter.


***

 Poemas de Altair Abarca


Poema VII

 

He sentido el martirio de olvidarte

de olvidar esos tiempos donde salía

un mismo sol, donde me sentía segura

en tu noble regazo, cuando existía

nuestra colmena de amor,

cuando tan solo me perdía en tus

inolvidables ojos azulejos y navegaba

en los sonidos de cada amanecer…

 

***

IV

 

La tarde se inclina para que llegue la noche

se desvanece poco a poco

esa noche se mete por debajo de la puerta

del cuarto, llega hasta allí

se asoma hasta la cama y solo la encuentra

habitada por creyones, lápices, sacapuntas

el cuaderno de física, aliado al de matemáticas…

en completo silencio

invoco volver a los trece.

 

***

 

Poema II

 

Carros, seres que van y vienen, el semáforo

con su trilogía de colores que animan la avenida

amarillo, verde, rojo avanzar

qué diferencia habrá entre el andar, esperar y seguir

como máquinas alienantes, andantes

sin destino propio

***

Poema V

 

El sol entra por el salón de clases

me indica ya es mediodía, volver a la calle

suena el timbre de salida,

juntos sonriéndonos de las ocurrencias

del profe Jesús, salimos a la calle,

la acera caminamos sin pisar una filita de hormigas

que van despacio cargadas de alimentos

en la avenida de nuevo el semáforo y sus carros

las madres con sus hijos,

y nosotros viendo caer las flores de la mata de Acacia

que con su picardía llegan sonrientes

hasta mí

 

***

Poema IV

 

Estoy prendida de tantas rosas, amarillas, rojas

me preguntas ¿cuándo nos vemos?

cuando suene el otro timbre

¿a la salida?

atónita pienso en aquella ecuación trigonométrica,

sonriéndome con malicia

sobre la hoja cuadriculada

 

***

Poema VI

                    

A mi Nana, Elena

 

Soy un pájaro que vuela, libre

tan alto sin miedo, te pienso

y siempre vienes a visitarme

te veo en cada fotografía que

adorna tu casa,

en cada mañana al despertarme

en cada atardecer y a veces me pongo

a pensar:

¿Serás tú, mi entrañable Nana?

1 comentario:

  1. Bellos poemas, cargados de ternura, picardía y nostalgia infantil, despierta el niño que duerme sosegado en el regazo de la memoria. Felicitaciones para esta niña poeta. Argenis Díaz.

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Un abrazo,
Rafael Ortega