¿Palabras?
Sí, de aire,
y en el aire perdidas.
Octavio Paz
Selección y edición: Manuel Cabesa
***
Fémina Suite
Presentación
La poesía escrita por mujeres en Venezuela tuvo a partir de los años 80 un crecimiento exponencial.
La tradición hasta entonces registraba apenas una decena de nombres, significativos pero en bajo nivel estadístico con respecto al panorama visualizado hasta la penúltima década del siglo XX.
Aragua no ha sido la excepción y la presencia femenina en nuestras letras es tan amplia y de registro tan diverso que ya reclama un estudio objetivo sobre el tema.
De las generaciones más recientes pertenecen las voces de estas cuatro figuras convocadas en este espacio, a propósito del recital Poesía en la Casa que se efectuará este viernes 27 de septiembre en la Casa de la Cultura de Maracay.
Skarlet Boguier, Gloria Dolande, Beatriz Helena Peñaloza y Astrid Salazar han sabido afianzarse como voces interesantes dentro del amplio conglomerado femenino de la región que viene realizando una poética rica en matices, sugerencias e imágenes.
He aquí sus textos:
I
Ese monstruo que me habita
y cuando sale no le reconozco
ha apagado las luces de la torre
apenas una llama tenue titila en el fondo
No me veas donde no estoy
la respuesta es el silencio
sólo queda el flagelo
al soltar las cadenas de esa que contengo
Ese huracán que arrasa con todo también soy
aunque me niegue sin mirarme
sin ver más allá
que mi engañosa imagen frente al espejo.
II
La luz del hastío
Agotamos la historia
hasta el repudio
Llegará el día
en el que ya no podamos
ver nuestros rostros
Agotamos las horas
hasta el duelo
Lloverá como esta noche
en la que cada gota
es un instante de luz
III
Fluctuaciones del fuego
1Una chispa basta para encender la mecha
2 la chispa es una flor de fuego a punto de abrirse
3 Brota como llama doble
4 agitan la candela de sus cuerpos hasta fundirse
5 es ahora una sola lumbre en erección
6 el rojo crepitar de elevadas combustiones
7 arde alto la indómita llama hasta saturar su brillo
8 Muta en la llama doble
9 Escinde su fuego, cae en la trampa del duplicado
10 un incendio de serpiente ondula en una danza constante
11 lucha la doble llama para no extinguirse
12 Se da cuenta de que siempre fue una y se extingue.
Skarlet Boguier
***
I
Mi abuela
decretó el día de su muerte
quizá en agosto
en su cumpleaños desde hoy
pregunta por la fecha
mi mamá
ignora el momento exacto
pues nunca aprendimos
a leer los calendarios chinos
donde las lunas
susurran secretos
y la abuela es la única
que sabe cuándo partirá.
II
Los amores imposibles son platónicos
lanzan puñaladas certeras
nunca se concretan
mueven mundos a su manera
hacen y deshacen
desechan lo posible.
III
Los ideales de amores perfectos
se esfuman a diario
escriben historias que se destejen
a destiempo
así son los amores perfectos
no se entienden ni se abrazan
se extienden a diferentes latitudes
los amores perfectos se queman
Gloria Dolande
***
I
Máscara
Refugio divino
Pasadizo secreto
Ficción encarnada
Superpuesta
Disfraz del vacío.
Muéstrala de nuevo
En medio de un ardid
Con brillos y reflejos.
Devela esa postura
Y me eleva
Aunque esté sujeta al suelo.
Inmóvil.
II
Máscara II
Nada es verdadero:
¡Escondite!
Hermosa apariencia,
máscara del vacío
La palabra
¿Por qué asombrarse
de la vaciedad entonces?
III
Despedida
Me despido de las locuras
De los dobleces
De las bienvenidas y los abrazos fingidos
De las iniquidades
Esas normalidades de lo incoherente.
Me despido del festín opulento
De la celebración absurda
Que desdibuja la esencia.
Me despido del festín forzoso
Donde reinan las máscaras, los abrazos, los te quiero,
Mientras hacen pedazos CON migas de carne humana.
Me despido de las falsas estructuras
Del qué dirán
De la convivencia en un harén infinito.
Me despido y no pienso volver
Prefiero celebrar los no cumpleaños
Junto al conejo blanco y la oruga
Y ser esa Alicia que huye a la libertad.
Beatriz Helena Peñaloza
***
I
Poesía
Un 21 de marzo
cuando se retiraba la tarde
dormí en tu pecho.
Viajé hacia tu casa
donde me diste un patio
con alfombra de hojas verdes y secas,
una mata de mango para guindar las letras
la bromelia, el jardín de suculentas.
Me fui despacio hacia tus venas
y cada cuarto estaba hecho
de cajas y maletas; el pasado no podía salirse, el futuro ahí a la espera.
Dudo si este recuerdo sea el poema
ahora cuando el cristofué se posa en la rama y el aroma a café se cuela.
No hubo pacto
no hay promesas
sólo yo desde la hamaca
meso tu ausencia
y esta noche es tu pecho almibarado
mi hogar calma. Quietud plena.
II
Pozo
Pasó el año
sí
y aún remojo en eucaliptos las sombras
de un cuello estrangulado
de una piel lacerada
de una voz con su eterno jaque mate
miento al decirte que el pasado ya no me toca
todavía se me va el oxígeno
y paso la noche hablándole a un dios sordo.
Miro desconcharse el techo
paso el seguro de la puerta cuarenta y dos veces
y me pregunto cuándo compraré el candado, quizás eso ayude. Me resigno.
Leche tibia, agüita dulce, manzanilla. ¿Quién se atreve a venir a esta casa?
Las letras ya no dan la bienvenida. Ya no puedo hacer lo que me piden.
No bebas de mí.
Porque sólo soy este pozo que tiembla cuando te asomas.
III
Puente
Soy un puente
lo sé
me lo cantan en susurros mis ancestros.
Conecto la noche con el día
y sólo los que buscan la luz
han de atravesarme.
Mi propósito está escrito.
Aunque a veces rompa las ventanas
y me beba todas las cervezas de la barra.
Muchos se quedan a mitad del camino
mirando cómo corre el agua por mis piernas.
Otros se detienen por varios días,
a veces sólo por horas cuando el sol está por despedirse.
Y duermen arropados de estrellas y luciérnagas.
Una vez cruzó en mí un hombre alto
su Alma también era de puente
fue la única vez que respiré
pintó las barandas, barrió las huellas,
pulió los peldaños, cambió casi todas las maderas.
Y para quienes iban descalzos puso una alfombra de eterna primavera.
Tu trabajo también puede ser este, me dijo.
En ese instante ninguna otra voz se aferró a mis oídos.
Soy un puente
lo sé
pero hay pisadas tan fuertes
¡Dios mío!
Mírame.
Rota
descolgada.
Busco un nuevo sitio mientras bailo sola en la pista. Ebria. Extraviada.
Sin paso.
Astrid Salazar
Hermoso. Poesía femenina.
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