domingo, 15 de septiembre de 2024

Palabras bajo libertad (III)

 


"Un gato cruza sobre el puente de la luna..."

Octavio Paz

 

Selección y edición: Manuel Cabesa

 

Presentación

 

Cada ocho de agosto se celebra el "Día Mundial del Gato" en tributo a esos pequeños felinos que merodean por toda la casa.

 

Su presencia en la literatura es añeja y variada:

 

"¿No hay acaso un lugar, una mágica estampa iluminada, en esas fundaciones de papel transparente que erigieron los grandes, ellos, los señores de la mirada larga y al trasluz, Kipling, Mallarmé, Carroll, Eliot o Baudelaire, para a otras indescifrables criaturas como tú?"...

 

Escribe Olga Orozco en sus "Cantos a  Berenice" (1977), el poemario que dedicara a su añorada gata.

 

Para celebrar este día un grupo de amigos se reúnen en este espacio para evocar a la mascota elegida de Osiris.



***

 

3. Acerca de gatos y otras especies humanas.

 

Los Gatos

 

Los fervientes enamorados y los austeros sabios,

Llegados los años venerables, suelen amar

A los gatos imponentes, señores de la casa,

Que como ellos son también sedentarios y friolentos.

 

Amigos de las ciencias y lo sensual,

Prefieren el silencio y el horror tenebroso,

Érebo los tomaría por corceles fúnebres,

Si tuviera el poder de domar su vanidad.

 

Con silueta pensativa toman una actitud de nobleza,

De gran esfinge  aletargada en su soledad

Sumidos en un sueño que no tiene fin.

 

Sus entrañas son engendradas por destellos mágicos,

Y migas de oro y fina arena

Irradian un místico fulgor en las profundas pupilas.

 

Charles Baudelaire:

"Las flores del mal".

 

(Versión: Manuel Cabesa)

 

***

 

Gato

 

Tienes que dejar que llegue a ti

como llega una conjunción de planetas

como cae la gota de nube en la tierra

como el beso de la muerte en el séptimo sello

la corona de las verdades

el viento y el infinito agujero negro de la luz

Si decide estar a tu lado

háblale como a cualquier otro ser inteligente

no lo juzgues, ni subestimes su conciencia

Pero, por sobre todas las cosas

No obligues al gato

No le hagas cariño cuando no quiere

No lo fuerces a dormir contigo

Déjalo soñar

Déjalo vivir

Deja ser al gato

 

Skarlet Boguier

***

 

Sentada

debajo de la ventana

escribo

Vigilo la calle

Horas de espera

Pasan los días

Reviso el patio

Confío que llegues

por el jardín

cubierto de cadillos

renqueando

y una oreja lacerada

Atenta

hay ruidos

sólo un desfile de gatos

Pasan los días.

 

Mercedes Carmona

(En la ausencia de mi gato Vladimir Ramón).

 

***

Días desatendidos

 

Aproveché el sueño y decidí por los gatos

preferible ante conejos, picures y rabipelados.

Mi elección contrastaba con el acontecer fuera de control

de rechazos inusitados y emboscadas en zonas calientes.

Los veinte gatos

se estremecían en mi estómago

encerrados en un costal de fique

encerrados en un grupo de whatsapp,

aislados en el desespero de querer adormecerse

y mitigar el hambre con un hígado encebollado.

El sueño anida en la burla

al querer asumir el papel

de un personaje de Murakami.

La calle muestra otro paisaje, el de las multitudes

agolpadas en puertas de supermercados

atentas a un extraño poder de convocatoria.

     Una selfie en Stonehenge desentona,

al igual que distraerse en un concierto dirigido por John Williams.

Las miradas de oprobio son tendencia en twitter

el ahogo voluble se confunde con una angina de pecho

con la ilusión de los fuegos artificiales en la madrugada

que anuncien el giro de timón, el fin de una era gris

el fin de los años de vacas flacas y espigas marchitas

el fin del invierno para muchas cigarras

el fin de los gatos renuentes a abandonar mi estómago

y la actualización de una nueva página.

          Son los tiempos que vivimos

          en que nos vestimos con trajes de mercurio

          todo mientras la muerte sigue con paso lento

          al carro que se va a quedar sin combustible.

 

Nesfran González

 

***

Vida felina

 

a Benito

 

Tener un gato

es como tener

un hijo malandro:

duerme todo el día,

roba tu comida,

sale de noche,

regresa de madrugada,

no sabes con quién anda,

se mete en líos en la calle.

Pero, a pesar de todo,

siente afecto hacia su criador

y de vez en cuando regresa a casa

con una ofrenda.

 

Rafael Ortega

 

***

Se asoma a la ventana

baja sigilosa

hacia la puerta del zaguán

se escabulle

hacia el patio de enfrente.

 

Siguiendo el olor de su amado

suspira

pero no lo veo

hace días que no viene.

 

Ella

la gata enamorada

maúlla noche y día

llamando sin cesar

y sabe

que desde hace rato

paseo por allí.

 

Se detiene

encuentra su rastro

da vueltas con su espada

se impregna de su olor

sigue hacia la tierra

rasca su espalda

deja su rastro

para que pueda encontrarla.

 

Suspira

mira a todos lados

es inútil

maúlla de amor y nostalgia

se devuelve sin luz

triste.

 

Ha sido en vano.

 

Beatriz Helena Peñaloza

 

***

 

Hoy los hijos han enterrado su gato,

cerca de si, ‎

era un felino estrictamente negro

que no sabía jugar con pelotas de hilo

o seguir puntos de luz ingenuamente,

 

amaban al compañero huraño

que nunca caminó techos ni corrió desventurado

por el ruido del mundo

 

tenía la inocencia de infligirse en su piel

grandes abrasiones por estrés,

Camila lo curaba con esmero

era la única a la cual seguía indicaciones

tenían una complicidad espontánea

 

mordia a Maximiliano

y se ganaba el perdón con mansedumbre

quizá este en el edén de los gatos

 

hoy mis hijos le han sepultado

no quisieron incinerarlo o abandonarlo

supieron amarlo hasta sus últimos estragos

los siento llorarlo, era un gato negro

no marchaba por los techos ni caía parado

‎nunca arañó los minutos

que nos acompañó estos años.

 

Helio Uzcátegui




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Un abrazo,
Rafael Ortega