“SALTO AL VACÍO” DE RAFAEL ORTEGA
1.-
Ha dado el primer paso. El vacío está lejos de la punta de sus pies, de la punta de su lengua. Rafael Ortega –narrador de toda la vida- ha escrito un libro de poesía en el que no hay precipicio que reciba sus versos. Flotarán con la levedad de las hojas ante la mirada frecuente de los lectores, quienes podrán solazarse en cada imagen que aquí pronuncia sin temor alguno.
“Salto al vacío”, en efecto, es la primeriza revelación de quien se aparta un rato del cuento y nos cuenta desde la poesía su experiencia amorosa y amatoria, su apego a Maracay como música, con un blues a cuestas, con la mirada de Roy Buchanan en las cuerdas de su guitarra y el ojo avizor en “las putas de Octavio Paz”, en la destreza de sus aventuras bohemias, desde el catálogo de las ausencias, desde el apego también al paisaje en cuerpo y alma, el amor perdido.
Sueltas las líneas de sus versos, con la versatilidad de quien ha pasado por muchas lecturas de poesía, Rafael Ortega se ha arriesgado y ha caído bien su primera vez.
2.-
Casi siempre nos tropezamos como fantasmas en las calles. Enmascarados aún, nos vemos a los ojos y nos saludamos, nos estrechamos las manos y nos enseñamos la sonrisa cuando nos bajamos el barbijo y respiramos el aire tibio de la ciudad que nos reúne, nos extravía, nos encuentra y amortigua nuestras impertinencias, las personales y las aldeanas.
Rafael Ortega siempre lleva una sonrisa y un silencio que lo hacen sospechoso de andar en algo. Es decir, de andar pensando en algo que luego se hace notoria certidumbre: las palabras se le animan cercanas, porque desde los años en que fuimos compañeros de trabajo en un periódico:, él enmarcado en su oficio de corrector, diseñador, etc., y yo como periodista, nos sabíamos también cercanos en el mundo de las letras.
Ahora no sólo es narrador: lleva años como periodista y ahora poeta, deja el vacío a un lado, lo aleja de su horizonte y continúa su vertiente de voces.
3.-
Para celebrarlo, en este libro, su
“ARTE POÉTICA
Lanzo las palabras
Contra la pared
Para que hagan ruido.
Algunas veces rebotan
Y me golpean en la cara.
Yo pongo la otra mejilla”.
(“Salto al vacío” fue imaginado en Maracay y diseñado en la Ciudad de Panamá, en el 2022).
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Un abrazo,
Rafael Ortega