sábado, 22 de noviembre de 2025

Palabras bajo libertad (XXVIII)

Palabras que son flores que son frutos que son actos... 

Octavio Paz: La estación violenta


Edición: Manuel Cabesa



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La real historia de Scherezade


El pasado miércoles 19 de noviembre, compartimos con varios amigos fragmentos de un poema del argentino Horacio Salas, el cual produjo algunas respuestas inmediatas, lo que no dejó de ser satisfactorio, unas pocas fueron requeridas expresamente y, de manera asombrosa, llegaron textos que sin relacionarse directamente con el poema, parecían entrar en su atmósfera.

Para esta edición unimos el poema completo de Horacio Salas con las respuestas espontáneas, las solicitadas y las que el azar intercaló el mismo día sin que los autores estuvieran concientes de haber entrado en el juego. 


(mcabesa)


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I.

Ciertas mujeres parecen ignorar a Scherezade


La poesía les resulta menguado oficio

Ovidio


Ciertas mujeres no soportan 

mucho tiempo a los poetas 

los aman como ráfagas 

se encienden escolares

casi diría románticas 

en términos de caza

puede afirmarse 

que son presa fácil de las balas

porque las hipnotiza 

el reflector sobre los ojos


(aprender a mirar las azoteas descubrir angelitos bajo los antiguos balcones caminar sin paraguas en la lluvia reconocer el ojo secreto de los lamas)


y así por unos días 

intiman con Neruda 

escuchan a Vallejo 

pronuncian Paul Eluard

dicen Solentiname


Pero de pronto 

(sin dar explicaciones)

la realidad quiebra el hechizo

y prefieren la lógica concreta 

a las palabras 

a ese feroz amor 

que pinta soles holandeses

talla al dios de las cosechas en el jade

burila el oro de los tequendamas

y las frases escritas 

en una servilleta de papel 

ramas de sauce de las dedicatorias

pasan rápidamente a los recuerdos


(sádicos muchachos de Bretaña lavan por diversión a las gaviotas que se alejan confiadas ignorando que el detergente las hace sumergibles y al posarse en las aguas de La Mancha se hunden como el Titanic golpeado por un iceberg Gengis Khan ordenaba desollar al vencido y los inquisidores hacian gotear sangre en las heridas para que el sufrimiento perdurara en pobres campesinas acusadas de brujas confesas de haber amado al Diablo varias noches)


Naturalmente estas mujeres 

¿prácticas?

por motivos diversos 

desconocen la historia real de Scherezade

a quien sólo las palabras 

salvaron de la muerte. 


Horacio Salas


**


II. 

Las otras historias...


En sí mismo el día 

llega ser la noche 

por exceso de claridad.


Freddy Borges


**


Llegará la hora 

en que pronunciar un nombre 

pueda salvarme, 

y ya me habré comido la lengua.


Raquel Camacho


**


Ella no entiende el poema, 

no ve más que oscuras metáforas, 

la pasiva tranquilidad 

de un traficante de palabras,

un corazón 

que negocia con el tiempo, 

una mano 

que no calma su angustia 

con dinero efectivo


Ella no entiende el poema... 


Cipriano Castro


**


Hay que prevenirse 

de los malos poetas. 

Cierto. 

De los demasiados poetas, 

de los versificadores contumaces 

que aman el ripio 

como a sí mismos, 

que nos martirizan 

con sus versos 

cargados de tópicos. 

Los que dan la brasa, 

los que creen 

que llevan un poeta dentro 

y hacen flaco favor a la poesía.


Erick Lugo


**


Las mujeres de los poetas

también deben amar la poesía


Sino se queman 

como las pequeñas 

mariposas en las velas.


La luz nociva.


Juan Francisco Lara


**


Igual ocurre con los hombres...


Las mujeres cuando somos poetas o disparamos un click con una cámara, nos convertimos en el lujo de unas horas o días.


Somos ese pequeño detalle para leer dos o tres veces mientras se toman unos tercios o amanecen embebidos en una botella de vino.


También somos el recuerdo de una orilla de playa, somos una clase de espíritus indescifrables.


Ysbel Mejías


**


Ciertas mujeres amamos 

de verdad

a los poetas

con el candor infantil 

que enciende el primer verso

con la luminosa esperanza

que se adivina en una rima

y la furiosa pasión 

que despierta Solentiname

con su utopía artística

o la posibilidad cierta

de encontrar cronopios  

enredados entre las algas

de nuestro universo marino...


Ninfa Monasterios Guevara

La poeta descalza


**


Cada mañana 

el rocío de tu amor 

llena mi copa 

y una brisa fresca 

ilumina mi interior, 

sé que estás ahí

aunque no pueda verte, 

te siento en las miradas tiernas, 

en un abrazo sincero, 

en las sonrisas humildes,  

en el ir y venir de la vida, 

perfecto, único, 

majestuoso, maravilloso,

la luz que ilumina mi camino, 

ése eres tú, 

mi tierno amor perfecto.


Rosanit Rodríguez


**


Así como se generaliza 

que las mujeres 

son como la flor "Bellalasonce",

un día con un poeta 

y otro día en aventura efímera 

pero quizás intensa...


Voy con escenarios 

donde me recreo:


Hay hombres que no valoran 

a las mujeres discretas 

que aman intensamente 

y en su cosmovisión 

viven con sus cinco sentidos 

el amor de sus vidas 

como las historias de amor 

en la poética bíblica 

del "Cantar de los cantares" 

o del amor sí correspondido 

del hombre bohemio 

y la mujer sensible 

a la vista de paisajes 

con eventos soñados 

como la aurora 

y el crepúsculo 

en visperas del amor maduro...


Aplaudo el reproche 

a bien recreado

pero que sea libre cada quien

en su proceso de vivir amando 

o morir viviendo en el arte de amar.


Aimée Torres


**


A cada mujer un mundo 

en una servilleta 

y un apretón de piernas 

un poema que sume 

que pueble rápido  

ese universo hecho 

a medida de su pecho

a borbotones

siempre desenfrenado 

con un hasta que dure sabido


y se van mórbidas de anécdotas 

reinas de algo difuso

y se ponen su uniforme 

firman sus cheques

tiran la basura en el horario convenido 


al poeta se le van olvidando los nombres 

se le empodera un amasijo 

en ese mundo condominio 

y como cualquier cementerio de caricias 

y de te amos ateos 

se pone a escribir de desamor 

como si la desolación 

tomara oxígeno de la mala poesía 

para seducir incautas peligrosas


Helio Uzcátegui


III.


Declaración de Sherezade


Dos sexos salivando


la vulva como boca

que segrega ante un limón


por el ojo del glande

corre una lágrima fresca


son los fluidos 

lenguaje del cuerpo

fluidos fusionados 

fluidos que dialogan

con otros fluidos

en la secreción del sueño

en alcantarillas que surcan alturas


Skarlet Boguier

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Rafael Ortega