La voz del pasado como pilar de la memoria histórica (Presentación del libro Testimonios de la niebla de Antonio Trujillo en la 21 edición de Filven Aragua 2025)

-Rafael Ortega-

Los pueblos se fundan en la memoria de sus habitantes y toman vida en la voz del tiempo. Cada alma que ocupa un espacio deja una huella que merece ser reconocida con el continuo transitar de las generaciones.

La transmisión oral, a través de cuentos, leyendas, canciones, testimonios y conversaciones cotidianas, actúa como un puente directo entre generaciones.

Permite que las vivencias, los valores, las luchas y los triunfos de quienes nos precedieron sigan vivos y sean comprendidos por las generaciones actuales.

En muchas culturas, especialmente aquellas con registros escritos limitados o inexistentes, la oralidad es la única vía para conocer su historia.

Tomando en cuenta la importancia de la palabra como una poderosa herramienta para el rescate de la memoria colectiva, Antonio Trujillo (1954) le dio forma a su libro Testimonios de la niebla, el cual fue producto de la experiencia de una revista que se hizo entre los años 80 y 90 en la población de San Antonio de los Altos.

Testimonios de la niebla es una recopilación de historias y relatos que invitan a reflexionar sobre la identidad, la tradición oral y la vida en las comunidades venezolanas.

Por lo tanto, la importancia de esta obra radica en su capacidad de rescatar voces y testimonios que reflejan la identidad local y de revalorizar aspectos literarios, históricos y socioculturales de una época ya olvidada.

A través de los recursos de la oralidad, la escritura y la memoria colectiva, Trujillo rescata la historia de los floricultores y demás habitantes de San Antonio de los Altos.

Allí quedaron plasmados los testimonios de los descendientes, de los fundadores, de los campesinos, de los floricultores, entre otros habitantes de la población mirandina.

Esto deja por sentado que la palabra es una herramienta de encuentro y la literatura fortalece la identidad cultural y comunitaria.

Haciendo gala de su oficio artesanal, Trujillo fue reconstruyendo –una por una- cada historia que en conjunto han servido de ejemplo para otras comunidades, tanto en los Altos Mirandinos como en Venezuela, que buscan rescatar la memoria de sus espacios.

De esta manera, Testimonios de la niebla nos invita a ser parte de una serie de experiencias, anécdotas y tradiciones orales que han venido desde muy lejos para convertirse en historia local y que pueden ser inspiradoras para otras comunidades que también pueden escribir sus historias.

Es preciso destacar que esta nueva versión de Testimonios de la niebla cobra especial relevancia al incorporar relatos que no estaban en la primera edición, publicada por la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello en el año 2000.

Este trabajo nos invita a reflexionar sobre el papel de las letras en virtud de la sociedad, ante lo cual Trujillo asegura que la literatura no sólo se nutre de libros, sino de las historias que el pueblo guarda con cariño y, por lo tanto, la voz del pueblo es fundamental para entender nuestra identidad.

Sin embargo, la memoria oral es también vulnerable. Con el paso del tiempo, los portadores de estas historias desaparecen y con ellos el conocimiento que atesoran.

La influencia de narrativas dominantes o la falta de interés por parte de las nuevas generaciones pueden erosionar este valioso patrimonio.

Por ello, es crucial valorar, documentar y fomentar la oralidad. Conocer a nuestros ancestros, registrar sus historias y mantener vivas las tradiciones narrativas no es sólo un acto de respeto al pasado, sino una inversión en la identidad y el futuro de nuestra población.

La voz del pasado, transmitida oralmente, es un tesoro que nos conecta con nuestras raíces y nos guía en el presente.