-Ysbel Mejías-
La primera nevada, un cuento del escritor peruano Julio Ramón Ribeyro (1929-1994) considerado uno de los mejores cuentistas latinoamericanos quien se dedicó además del cuento a novela, el ensayo y los aforismos, en primer término resulta en una historia consabida, cuyo tema central es la convivencia de dos jóvenes estudiantes en París; Ribeyro estuvo en París durante sus primeros tiempos de formación académica como periodista y su estancia la intercaló entre Alemania y Bélgica. Por lo que posiblemente este cuento, tenga alguna carga autobiográfica respecto a las peripecias que haya tenido que sortear durante su estancia en esa ciudad.
Puede decirse que la primera lectura se siente como un golpe al hígado, pues, el tratamiento que hace el autor sobre la convivencia lo centra en la incomodidad ocasionada por uno de los personajes Torroba, que es un chico de procedencia limeña de bajos recursos por lo que acude a su paisano de mayores posibilidades económicas, para poder guarecerse en las noches durante su estadía París. El otro, lo recibe con beneplácito en los primeros días en su habitación de hotel.
De forma casi inmediata Torroba inicia su proceso de avasallamiento de aquel lugar pequeño que comparten, deja ropa y objetos lanzados por toda la habitación, estos se mezclan con el desorden del compañero, se comparten el desayuno de forma obligatoria. Torroba, en los días de compartir habitación, además llega tarde al hotel, pasado de tragos; todo esto va sumando a ese deseo de hacer desaparecer a Torroba de la vida del protagonista.
Cuando nos encontramos con ese clímax dentro del cuento de Ribeyro, llega a un desenlace esperado el hastío gana la batalla y la acción del protagonista es romper con todo tipo de acercamiento con Torroba, por lo que su presencia ya no es grata dentro de la habitación del hotel. Sin embargo, en ese hilo delgado de incómoda convivencia se cuela la necesidad de compañía a pesar del desagrado que el compañero limeño le ocasiona al protagonista y es ese final lo que reafirma lo que escribía sobre el golpe al hígado, pues, aunque ya no desea saber nada sobre Torroba la necesidad de su desagradable presencia con su desorden, su invasión a la privacidad y demás acciones incómodas llevan al protagonista a querer su regreso y la desaparición de Torroba durante la nevada lo llena de tristeza.
Debo decir que este tema de la invasión a la privacidad ya ha sido trabajado por otros escritores como Ricardo Piglia en su cuento La invasión, en la que se narra la historia entre unos presos, allí el argumento transita por la historia personal de los protagonistas y la sensación de invasión a la privacidad de uno por el otro en una celda que comparten, generado tensión a través del diálogo propiciado entre los personajes. De igual manera Piglia lo hace en Una luz que se iba, en el que el protagonista es un joven de provincia que comparte habitación de manera obligatoria con un boxeador.
La convivencia entre seres humanos está llena altas y bajas, se reviste de las complejidades que cada mundo humano posee, de manera individual y colectiva. Afloran las miserias y el aprovecharse del otro, es decir, el juego del dominador-dominado está siempre asomado a través de la ventana, por ello creo que en La primera nevada se maneja con una aproximación psicológica el fino tejido de las pequeñas-grandes miserias que pueden hacer del ser humano un monstruo o la preservación de su humanidad.



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Rafael Ortega