"Un fantasma recorre el mundo..."
Marx & Engels Jazz Duet:
keyboards and drums
-Manuel Cabesa-
Blanca Sánchez
Desde el título: Esta tierra de gracia, volumen que recoge sus dos trabajos dramatúrgicos más recientes, Blanca Sánchez pone en evidencia el contenido de ambas piezas dramáticas; además de cumplir como homenaje a uno de los mejores ensayos de interpretación histórica escritos en este país, nacido de la pluma y la sensibilidad del Dr. Isaac J. Pardo.
Creo que el título de este díptico no es gratuito, en las obras que lo componen Blanca se ocupa de revisar 330 años de historia venezolana, desde los albores del encuentro entre los europeos y nuestros primitivos ancestros hasta el año fatídico en que muere Bolívar y el sueño de la Gran Colombia.
Tierra de gracia llamó Colón a ese espacio geográfico del oriente venezolano donde, según los cronistas, se posaron sus ojos en uno de sus últimos viajes. Tierra de gracia es aún, si pensamos que los venezolanos todavía mantenemos la fe y el buen humor ante las paradojas con que la historia nos ha bendecido.
Quisiera acotar en estas notas un poco dispersas que la obra dramática de Blanca Sánchez ha girado sobre sí misma dando un cambio radical. Entre La boutique y El escaparate, obras de cámara si se quiere, con escasos personajes y un decorado minimalista, cercanas a ese absurdo cotidiano que tan bien retratara Harold Pinter, anclamos ahora, en estas obras nuevas, en una perspectiva abierta, con decenas de personajes, diseñadas para escenarios múltiples (teatro de calle, le llama), cercanas a la épica panorámica de Bertold Brecht.
Un giro que la compromete como autora, pues Blanca pasa de pensar y dramatizar la intimidad de unos pocos individuos, para pensar y dramatizar la vida de un colectivo. Pasa de pensar y dramatizar el presente infinito de unos seres hastiados a pensar y dramatizar el pasado de una nación con la perspectiva de crear un nuevo futuro.
En este sentido Tierra de gracia participa de esa solicitud que hiciera Peter Weiss en sus Catorce tesis para un teatro histórico documental: teatro para crear conciencia, teatro para la reflexión histórica, teatro para el porvenir.
Quisiera finalizar estas notas con otra apreciación personal: paseando por este díptico dramático pienso que más que para el teatro, estos textos podrían verse como los argumentos de dos grandes películas. Se me perdonara que piense en función de otro arte, pero no pude evitar que a mi mente llegara la idea de un gran film a la manera de El nacimiento de una nación de Griffith, y creo que sería genial que estas 189 páginas llenas de infinitos personajes y parlamentos se convirtiera en esa épica cinematográfica tan esperada después de grandes logros como Miranda regresa y Taita Boves.
Pero bueno, estas son ensoñaciones de un lector, lo que importa es que aquí tenemos dos obras escritas con pasión, con el pulso que da la experiencia, con la visión que la da esperanza.
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Rafael Ortega