Rondalla decembrina (sexta salida...)

Rondalla: Conjunto musical de instrumentos de cuerda; Cuento, conseja, romance; Conjunto de personas que van tocando y cantando por la calle...

Edición y nota: Manuel Cabesa

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A pesar de las fiestas y de la tradición, no para todos la navidad es sinónimo de alegría. Más de lo que se piensa existen seres a los que la nostalgia se les aviva en esta temporada y un dejo de tristeza los abruma aunque la mayoría no se atreven a expresarlo.

Sin embargo, es la creación la que acude a darle voz a estos sentimientos de nostalgia o confusión y de ellos nacen, con la emoción y la sinceridad que corresponde, textos como el poema que traemos en esta rondalla de Liliana Toma de Jiménez y el breve boceto narrativo de la joven Merlya Zamora.

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¿Feliz Navidad? Sextinas

-Liliana de Toma Jiménez-

(Valencia/edo Carabobo)

¿Feliz Navidad?

Antesala a las nostalgias

en mí crecen las neuralgias

¿cómo? ¿feliz Navidad?

abismos han socavado

el averno ha destrozado

reina ya la oscuridad.

Un destello refulgente

me roza dulce la frente

se avista por la vereda

sosiega cruento castigo

me acoge bajo su abrigo

evita la muerte acceda.

Luceros incandescentes

mitigan lumbres ardientes

levantan todo despojo

de mi ser pisoteado

los amores que han castrado

tristeza la desalojo.

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A la orilla del mar

-Merlya Zamora (14 años)-

(Palo Negro/edo Aragua)

-Parece como que si estuvieras en el lugar equivocado-, dijo una voz a mi lado. 

Abrí los ojos observando. Bajo la tenue luz de la lámpara del jardín, reconocí esos ojos. El chico de la playa. Llevaba una camiseta oscura y jeans. Y sostenía una bebida sin abrir en la mano. 

-Tú-, logre decir, sintiendo un vuelco inesperado en el estómago. 

-Rowan-, se presentó él, con esa misma sonrisa tranquila y directa de la tarde anterior-. Y tú eres la chica que huye de las olas... O de algo más. 

No pude evitar sonreír 

 - Ariana... y supongo que de ambas cosas.

 -La fiesta no es lo tuyo, ¿verdad?- preguntó, acercándose un poco.

-Se nota tanto- respondí, mirando hacia la casa-, prefiero los lugares tranquilos. 

-Como la playa al atardecer-, completó él. 

Sus ojos brillaron con complicidad:

-Yo también solo que a veces los amigos insisten, además es está comenzando el año-, hizo una pausa y me observó con curiosidad.

-¿Y qué es eso de lo que huías ayer? Si no es mucha indiscreción. 

La pregunta me llegó al corazón. Nadie, excepto Sofía, me preguntaba eso con genuino interés, normalmente era una afirmación "deberías...", "tienes que...", "es lo mejor..."

-De mi futuro- confesé, para mi propia sorpresa. La palabras sonaron amargas-, de un futuro que otros pintaron para mí y en el que no me veo. "Nuevo año, nuevas oportunidades" dicen, pero no lo creo.

Rowan no me dio un discurso motivacional ni me juzgó, como si entendiera perfectamente.

-Eso es mucho más pesado que una mochila-, dijo en voz baja-. A veces, los cuadros ajenos no dejan ver nuestros propios colores.