"Palabras que son flores que son frutos que son actos."
Octavio Paz
Edición y nota: Manuel Cabesa
Cardenal
Extraña sensación esa de recordar a una persona que llegamos a ver de cerca un par de veces y darnos cuenta que esa persona ha cumplido cien años y aunque ya será imposible que lo pueda verlo una vez más, su queda voz, la levedad de sus gestos, las líneas de algún poema permanecen en algún de la memoria.
El tránsito terrestre de Ernesto Cardenal ha sido idéntico al de otros autores latinoamericanos que intentaron conciliar las actuaciones públicas con la intimidad de las palabras y enfrentar la utopía a la cruel realidad de nuestras naciones.
En estos vaivenes su obra como un árbol se extiende frondosa en ramajes dispares pero con su raíz profundamente arraigada a la tierra nicaragüense.
Como otros poetas de su linaje en su obra comparten el mismo espacio los hallazgos y las caídas, lo amoroso y lo épico, lo religioso y lo político: visiones en apariencia irreconciliables, las dos caras del falso anhelo de trascendencia en el hombre.
Sus Epigramas se encuentran entre lo más perdurable de su obra, escritos en su juventud cuando amor y rebelión eran sinónimos: "eran un acto de rebelión individual, irónica y sarcástica, fundada sobre todo en el poder marginal de la poesía y del amor humano, carnal" (Guillermo Sucre)
Ernesto Cardenal
Epigramas
Ediciones Carlos Lohle,
Buenos Aires, 1972.
Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.
Lo he escritos sencillos para que tú los entiendas.
Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,
un día se divulgarán por toda Hispanoamérica...
Y si el amor que los dictó, tú también lo desprecias,
otras soñaran con este amor que no fue para ellas.
Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,
(escritos para conquistarte a ti) despiertan
en otras parejas enamoradas que los lean
los besos que en ti no despertó el poeta.
***
Ésta será mi venganza:
Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso
y leas estas líneas que el autor escribió para ti
y tú no lo sepas.
***
Muchachas que algún día leáis emocionadas estos versos
y soñéis con un poeta:
sabed que yo los hice para una como vosotras
y que fue en vano.
***
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo
Porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
Pero a ti no te amarán como te amaba yo.
***
Tú no mereces ni
siquiera un epigrama.
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Un abrazo,
Rafael Ortega